Ejecución en la horca de 11 personas en Irán

21 de diciembre de 2010

Amnistía Internacional ha condenado la ejecución, realizada el lunes en Irán, de 11 hombres acusados de vínculos con el atentado con bomba cometido en Chabahar, que mató a más de 39 personas la semana pasada, muchas de las cuales eran fieles reunidos en una mezquita.

Según la agencia de noticias iraní Fars, los 11 hombres ahorcados en la prisión de Zahedan estaban relacionados con el Movimiento Popular de Resistencia de Irán o Jondallah, que reivindicó la autoría del atentado del 15 de diciembre en Chabahar, en la zona del sureste de Irán, habitada por la minoría baluchi.

“El atentado de la semana pasada fue un acto abominable y lo condenamos enérgicamente, pero igualmente condenamos estas ejecuciones, que llevan la marca de un acto de represalia, no de justicia” señaló Malcolm Smart, director del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

Las autoridades no han dado a conocer los cargos en contra de seis de los condenados, si existe alguno, ni han revelado detalles de los juicios de los 11 hombres, que probablemente se celebraron ante tribunales revolucionarios, conocidos por sus juicios carentes de garantías.

Cuatro de los once hombres, según informes, fueron declarados culpables de moharebeh (enemistad con Dios) por alzarse en armas contra el Estado, secuestro y otros delitos.

Otro, al parecer, fue condenado en relación con un atentado con bomba en otra mezquita, perpetrado en julio en Zahedan.

“Las autoridades iraníes tienen la obligación de proteger la seguridad pública y llevar ante la justicia a quienes cometen delitos, pero al hacerlo deben respetar los derechos humanos y las obligaciones contraídas por Irán en virtud del derecho internacional” afirmó Malcolm Smart.

“En este caso, parecen haber dictado ejecuciones sumarias pasando completamente por alto estas exigencias.”

En los últimos años, Jondallah ha tomado rehenes, y en algunos casos los ha matado, y también ha perpetrado varios ataques, incluidos ataques indiscriminados contra civiles. Al menos uno de esos ataques pretendía ser un acto de represalia por los homicidios de miembros de Jondallah. La organización asegura que representa los intereses de la minoría baluchi musulmana, predominantemente sunní.

Abolmalek Rigi, ex dirigente de Jondallah, fue ejecutado por las autoridades iraníes en junio de 2010. El juicio al que fue sometido no reunió las debidas garantías. En años anteriores se ejecutó a otros presuntos miembros de Jondallah, también tras juicios injustos.

Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción por considerar que es la máxima expresión de la negación de derechos humanos, con independencia de la naturaleza del delito, las características de quien lo comete y del método empleado por el Estado para matar al preso.

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