OPINIÓN
Por Luis José de Ávila
PeriodistaTuve el honor este fin de semana de presidir el jurado que falló el galardón “Verdes valles mineros asturianos 2010″ que organiza la Fundación Marino Gutierrez Suárez y que recayó en la Asociación Cultural San Tirso del Eo, que preside un infatigable Angel Prieto, y que desde hace más de veinte años viene realizando una importante labor cultural y artística en uno de los concejos más irredentos de Asturias, San Tirso del Abres -solos 600 habitantes-, el más occidental de Asturias y por el que se accede al mismo ya por Galícia.
La Fundación Marino Gutierrez Suárez, que preside su viuda Sagrario Fernández Ariznavarreta, ha iniciado una nueva etapa bajo la dirección de Julio Coto. Antes colocó el listón muy alto Rufino Roces en estos momentos recuperándose, y bien, por fortuna, de una importante operación de corazón. En esta nueva etapa junto con Julio Coto está José María Díaz Miguel como secretario, Vicente Lozano, encargado de las relaciones sociales, y Julio José Rodríguez Sánchez, veterano compañero de correrías periodísticas cuando coincidimos en La Voz de Asturias, el como delegado informativo en el valle del Nalón. Julio José Rodríguez Sánchez es una persona muy preparada culturalmente así como inquieto en la creatividad artística y literaria. Fue el inventor del famoso certamen de pintura “La Carbonera” que dejó de celebrarse hace cinco o seis años por la incomprensión del ayuntamiento. Una lástima. En Sama, y por culpa de esa bienal, conocimos a la marchante María de Hoz Porto, hoy pareja de Francisco Alvarez-Cascos, y que siempre ayudó mucho a la citada muestra pictórica. También está en el nuevo equipo de la Fundación Miguel Ramos, un ingeniero de minas, jubilado de ENSIDESA, que me recuerda que cuando éramos jóvenes, allá por la década de los 60, tomábamos copas en el Albabusto y en La Perla, entre otros típicos establecimientos, arreglando en tertulias interminables el ya por entonces complicado mundo mundial.
La verdad es que fue una experiencia muy bonita presidir este jurado compuesto por doce personas variopintas entre las que estaba Julio Llaneza Llaneza, director general de la Agencia de Sanidad Ambiental y Consumo del Principado de Asturias, siendo, junto con el propio Vicente Alvarez Areces, uno de los cargos políticos que más años lleva en la Administración autonómica: desde el principio de la era Tini. También estaba en el jurado el ex delegado del Gobierno, cuando José María Aznar ocupó La Moncloa, Fernando Fernández Noval, abogado en ejercicio y con un buen despacho en La Felguera. Por lo que hablamos me da la impresión de que derrapa por Alvarez-Cascos en vez de por Isabel Pérez-Espinosa. También sale a relucir en nuestra conversación el presidente del PP asturiano Ovidio Sánchez que ha estado estos días en la cumbre de la OTAN en Varsovia. Jesús, José y María, ahora estoy seguro que nos invadirán los rusos, aunque menos mal que aquí siempre está Gabino de Lorenzo para cubrirle las espaldas.
Normalmente en todos estos guisos no suele faltar el pintor Manuel García Linares que, como siempre, no para de lanzarme pullas, él que ve Asturias bajo gafas negativas. El próximo jueves, día 18, en la Sala Murillo, inaugura exposición con versos que recitará su hija Almudena García Marsá, una poetisa muy interesante pese a su juventud. Que los valles mineros están verdes -lo está siempre toda Asturias- es una realidad axiomática y que el medio ambiente ha mejorado, también. ¿Quien no recuerda cómo bajaban hace años las aguas del Nalón y del Caudal?. Algo que se lo debemos, y pienso que nunca se lo hemos agradecido lo suficiente, a Pedro Piñera cuando era presidente de la hoy extinta Confederación Hidrográfica del Norte. Que las cuencas han mejorado, es indudable; que el carbón, sin encenderse, se apaga, también. El candidato de la FSA a la presidencia del Principado Javier Fernández pone a las cuencas como ejemplo a seguir en el resto de Asturias. Es una postura valiente, él que es socialista y de Mieres, aunque, quizás, poco realista.
Bueno, deseo largo y feliz futuro a la Fundación Marino Gutiérrez Suárez, empresario prócer de la cuenca al que tuve el gusto de conocer y tratar, fallecido hace años en un absurdo accidente automovilístico delante de Casa Prendes. Su viuda enseguida supo rápidamente interpretar sus deseos con la constitución de esta fundación que lleva su nombre. No será la de los premios Príncipe de Asturias pero empuje y buenos deseos no le falta.
0 comentarios:
Publicar un comentario