OPINIÓN
Por Juan Luis Álvarez del Busto
Presidente de Amigos de Cudillero
(Intervención en la XXXI
Amuravela de Oro)De nuevo me corresponde, como presidente de la Asociación “Amigos de Cudillero”, darles la más cordial bienvenida a uno de los actos que venimos celebrando anualmente; en concreto al de la entrega de nuestros entrañables galardones de ámbito nacional que, puedo decir con orgullo y satisfacción tanto en nombre de mis compañeros de directiva como en el mío propio, gozan de un prestigio y una solera impensables cuando nacieron hace treinta y un años, con la intención de premiar a aquella persona o Institución que se distinguiera por su labor a favor de la villa de Cudillero, ampliándose posteriormente al Concejo y en la actualidad a Asturias. La Amuravela de Oro está consolidada, gracias no sólo a nuestro esfuerzo, sino, fundamentalmente, al apoyo y reconocimiento que año tras año recibimos de la sociedad civil, del patrocinio de la Consejería de Cultura y Turismo del Gobierno del Principado, de la Caja de Ahorros de Asturias, de la FADE y de CMC XXI; de la colaboración de distintas Empresas, Instituciones y particulares, así como de un Jurado, en el que la Asociación tiene una representación mínima, que estudia, delibera y vota las candidaturas presentadas con el máximo rigor y con una independencia absoluta.
En esta ocasión los galardonados son, como todos ustedes saben, la Fundación “María Cristina Masaveu Peterson” y el empresario don Amalio García Martínez, en base a los méritos que se concretan en el acta del Jurado que a continuación leerá el Secretario, don Adolfo Barthe Aza. De esta forma hemos querido premiar la valiosa y meritoria labor sociocultural que una familia vinculada a Asturias viene desarrollando desde hace varias generaciones y con más empeño si cabe desde que se creó la Fundación que lleva el nombre de su creadora, una persona generosa, sensible, discreta y buena, a la que uno le hubiera gustado conocer: doña María Cristina Masaveu Peterson; algo que afortunadamente ha ocurrido con el otro distinguido, don Amalio, quien, de guaje de la mina a los 14 años y con una vida dura y cruda pero fructífera, llegó a convertirse en uno de los empresarios más importantes de Asturias, con reconocimiento internacional.
Podría decirse que los premios que hoy concedemos simbolizan el amor y la entrega por nuestra tierra a través de la cultura y el mérito por el esfuerzo personal. Enhorabuena y gracias por aceptar nuestras Amuravelas que de esta forma hacen que se conviertan en oro de treinta y un quilates.
Por lo demás, la Asociación continúa navegando, surcando los mares de la cultura sin prisa, pero sin pausa, superando algún que otro golpe de mar que, la verdad, cada vez nos afecta menos, gracias a la pericia y al sentido común con los que la veteranía va curtiendo a una tripulación de la que honro en pertenecer. Nuestra misión la tenemos muy clara: Trabajar por Asturias desde Cudillero, con total lealtad, dedicación e independencia; porque aquí no hay otro color, ni otro calor, ni otro rigor, que el del sentimiento del amor por nuestra tierra, pese a los costes y quebrantos que, como manifesté en otras ocasiones, ello pueda suponernos. Estamos abiertos a todo tipo de colaboración que suponga un beneficio cultural, pero sin permitir ser utilizados porque, de ser así, echaríamos por la borda principios y propósitos que forman parte de nuestra identidad y las conquistas acumuladas con tanto esfuerzo, pasión y dedicación.
Este año de 2010, está resultando altamente positivo en lo que actividades se refiere. Hemos confirmado nuestro hermanamiento con San Vicente de la Barquera (hoy nos acompaña su alcalde, don Julián Vélez), pregonamos nuestra Región desde los Centros Asturianos de La Coruña y de Málaga. Celebramos el Día del socio en Santa Ana de Montarés, con hermosa y valiente ofrenda de Linares y entrega del premio Peña Roballera al sacerdote e hijo ilustre del Concejo, don José Fernández Martínez.
Ladislao de Arriba, Jerónimo Granda y María Zamarreño, nos deleitaron con sus palabras en la Fiesta Literaria de la Mar, imponiéndole asimismo la Insignia de Oro de la Asociación a don Manuel Fernández de la Cera.
Nuestro Coro Marinero continúa vivo, vibrante y salitroso –que diría el inolvidable Peltó-, como luego podrán comprobar; y en breve saldrá a la luz un anuario –El Baluarte- y un libro –Alma pixueta-.
Y como colofón, tengo la enorme satisfacción de hacer público que hemos sido distinguidos por “La Voz del Occidente” con el premio que lleva por nombre, nada más y nada menos que “Libertad de expresión”, y que recibiremos, junto con el caricaturista marroquí Khalid Gueddar, el periodista Javier Nart y el ex director general de Recursos Naturales de del Principado de Asturias, Víctor Vázquez, en un acto público a celebrar el 20 de noviembre próximo. A nosotros se nos concede porque, a juicio del Jurado, la Asociación ha sabido preservar siempre la independencia y por mantener el derecho de los autores de los Cuadernos Literarios “Escritores en Cudillero” y de los galardonados con la Amuravela de Oro, a expresarse con entera libertad, lanzando valiosísimos mensajes a través de la palabra, principal objetivo que pretenden alcanzar los Premios “Libertad de Expresión”.
Termino con un emocionado recuerdo para tres personas muy vinculadas a nuestra Asociación que por desgracia se nos han ido. Me refiero a don Luis Fernández-Vega Diego, galardonado, junto con toda esa sabia y entrañable familia de oftalmólogos a la que pertenecía, con la vigésimo sexta Amuravela de Oro; al cantautor, poeta y también amigo, don José Antonio Labordeta Subiás, autor de uno de nuestros Cuadernos Literarios, que guarda en su eterna mochila una parte del Cudillero mágico que vivió y nos narró en 2001, y al entrañable sacerdote “pixueto” don José Manuel Valle Carbajal, que hermanó el mundo de la mina de la Foz de Morcín -su tierra de adopción-, con el de la mar de su Cudillero del alma.
Con nuestro reconocimiento por su presencia y atención, pido para ellos un sincero aplauso, como expresión unánime de cariño y homenaje.
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