OPINIÓN
Por Luis josé de Ávila
Periodista
Hacía días que tenía ganas de escribir unas líneas sobre las pintadas que contra los dirigentes del Real Oviedo están apareciendo en varios lugares de la ciudad. Por fin la Policía local ha actuado y en la madrugada pasada en la zona de La Florida detuvo a varios grafiteros que con la nueva ordenanza local en vigor les puede caer una buena multa e, incluso, ser puestos a disposición judicial. El caso es que entre el consejo de administración y parte de la afición hay un divorcio que no lo arregla ni el hombre de Mediapro, ese chico catalán, Pablo Bastida, que han traído como director general para arreglar la casa oviedista y relanzar el club. Hasta el momento, ni lo uno ni lo otro. El tío es tan desconocido que ni hasta los grafiteros se acuerdan de él. Si lo hacen con el presidente Cuqui Bances, el accionista mayoritario Alberto González, y dos directivos, lo único sensato que hay en ese consejo de administración, Ataulfo y Costas, y que para nada se merecen que su nombre sea arrastrado por las paredes de la ciudad. Incluso al bueno de Ataulfo le han pintado el escaparate de su negocio en la calle de Covadonga que es la confitería Asturias. En la carretera de acceso a los campos de entrenamiento del Real Oviedo en Lugones, el Requexón, los grafiteros, al estilo de lo que se hace en las pruebas ciclistas, han hecho sus pintadas con frases ofensivas sobre el propio asfalto con esa pintura reflectante que es casi imposible de eliminar.
Yo soy el primero en discrepar de la gestión que desde hace años Alberto González y compañía aplica en el Real Oviedo pero condeno sin paliativos este tipo de protestas. Las pintadas hechas en la obscuridad de la noche, con premeditación y alevosía, contra el honor de personas no son en absoluto admisibles y sus autores deben ser castigados con toda la fuerza de la ley. Supongo que Gabino de Lorenzo, no solo como segundo accionista del Real Oviedo sino también como alcalde de la ciudad aplique sin que le tiemble el pulso la máxima sanción administrativa. Hay otros medios que la cobardía de la clandestinidad para expresar la protesta contra el consejo de administración azul, así como también contra algunos empleados. Siempre he tenido a mi ciudad, Oviedo, y a sus habitantes, como señores por lo que lamento profundamente estos hechos, los cuales, por otra parte, deben de hacer también reflexionar a los responsables del club. Hay que recuperar la conexión con la afición y esta temporada se han dado de alta mil socios menos que en la anterior. El equipo, con otros quince nuevos jugadores traídos este verano de equipos de casa dios -así viene ocurriendo sistemáticamente desde hace cuatro temporadas- va camino de no lograr el ascenso al final de la presente temporada y eso que, en mi opinión, el actual entrenador Pichi Lucas me parece una persona responsable y trabajadora. Espero que no se les ocurra cambiarlo por un empate quítame allá el resultado.
En todo caso si deberían irse mis buenos amigos en el club que son Cuqui Bances, Ataulfo y CostasGabino de Lorenzo comentó a un amigo común un día de estos atrás que “lo del Oviedo no se por donde saldrá”. Pues era lo que le faltaba al alcalde, llegar también con este problema sin resolver al electoral próximo mes de mayo. A lo mejor no acertó intermediando con Bances y compañía para que el consejo de administración retirase las denuncias contra una decena de aficionados que habían provocado algunos altercados al término de unos de los partidos. Se que el delegado de Gobierno Antonio Trevín comió con Cuqui Bances y le echó la bronca por haber retirado las denuncias. Claro que lo mismo podríamos decirle al delegado del Gobierno que no tocó un pelo a los piquetes de mineros fechas atrás cuando cortaban las carreteras… en fin, algo hay que hacer con el Real Oviedo de nuestros amores pero sin salirse del tiesto de la legalidad y el buen comportamiento. porque cuanto más tiempo estén más costo personal sufrirán en esta ciudad que es la suya. Se que el propio alcalde
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