OPINION
Por Luis José de Ávila
Periodista
Tras cuarenta y seis años ininterrumpidos de ejercer el periodismo en Oviedo tuve hoy el honor de debutar por primera vez en una tertulia de la COPE que dirige una de sus estrellas, el infatigable Fernando Díaz, que es lo que ahora en la radio moderna se denomina hombre orquesta ya que maneja el control, entrevista, atiende los mensajes y el teléfono si hace falta, todo a la vez y con dos manos. Jamás hasta ahora estuve hasta hoy en un programa de la emisora de la iglesia católica que además en Oviedo tiene sus estudios, nuevos y magníficos, por cierto, en una de las alas del Seminario Metropolitano, seminario que debe de tener en estos momentos muchos aspirantes a cura ya que me encuentro que para acceder a su zona central en coche hay que salvar barreras. Ah, si Pepito, primero administrador del Seminario y luego gerente del Arzobispado, además de secretario del consejo de administración de la COPE, levantase la cabeza. Bueno, si el otro día les comentaba las asignaturas pendientes de Oviedo, el solar del Seminario es también una de ellas. A ver si le da un cambio rentable el actual arzobispo Jesús Sanz, que fue bancario en su juventud y sabe muchos de financiaciones a largo plazo.
En esta mi primera tertulia coincido con el incombustible Isidro Fernández Rozada del Partido Popular y con Jorge Pardo de Izquierda Unida quien nos traía no se que propuesta para subir los impuestos por utilización de montes. Perdona pero yo de estos temas ecológicos solo hablo en presencia de su socio, el líder de Los Verdes, Joaquín Arce, director general de Política Forestal del Principado de Asturias. En cuanto al diputado conservador todo versó sobre la venida o no de Francisco Alvarez-Cascos como candidato del PP a la presidencia del Principado el próximo mes de mayo. Fernández Rozada, al que encuentro algo ojerosos y que lleva más de treinta años subido a la piragua política, o sea, con cargos remunerados, quiso envolverme con argumentos de buena oratoria aprendida en la escuela conservador de Ojen, en Málaga, pero de nada le sirvió; al final se mostró casquista sin reservas y decidido partidario de que el ex ministro venga, con látigo a ser posible, a Asturias.
El tertuliano de Izquierda Unida, Jorge Pardo Piñera, coordinador del área social, me causó buena impresión. Da la bienvenida a Gaspar Llamazares en su retorno, si llegase el caso, a Asturias y cree que irán hasta el final de legislatura del brazo del PSOE en cuanto al gobierno regional se refiere, “siempre que se den las circunstancias precisas”, puntualiza. Cree que si el candidato de la derecha es Alvarez-Cascos supondrá un revulsivo de movilización para la izquierda. Ahí disiento. La izquierda siempre está movilizada en una comunidad autónoma como la nuestra mientras la derecha la veo indolente y, por supuesto, en exceso conservadora.
También salió a relucir Vicente Alvarez Areces que se está despidiendo ya de todo el mundo y que el jueves, en el debate sobre el estado de Asturias, hará un balance final de sus años al frente del Ejecutivo así que no bajará de dos horas de duración el discurso, vamos, que no habrá telespectador de la TPA que lo resista. Indico a mis contertulios en esta primer debate en el programa titulado “El Avispero”, que es así como se titula la mesa redonda, que vuelve a sonar con intensidad en los círculos socialistas de Madrid la posibilidad de que José Luis Rodríguez Zapatero elija a Vicente Alvarez Areces como nuevo ministro de Trabajo. Algo le ha prometido el jefe supremo de los socialistas, a través de Pepiño Blanco, al todavía presidente de los asturianos ya que haya aceptado sin más hacer las maletas en el palacio presidencial en Suárez de la Riva sin combatir por un cuarto mandato al frente del Ejecutivo asturiano. Vicente Alvarez Areces pertenece a la elite de los sesentones, no sexagenarios, que suena mal, y está en muy buena forma. El que se vaya del Principado a buen seguro que lo lamentarán el Sporting y Gijón.
Pues si, una bonita experiencia la de haber participado en “El Avispero”. La COPE en Asturias tiene desde hace no mucho como director regional a un joven profesional, Javier Visiers Lecanda, que tiene muy buena pinta. Vino de Avila y ha entrado con buen pie, me consta, en la sociedad asturiana, lo que no es fácil. Solo queda que la Administración regional le de alguna frecuencia más. Se lo merece




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