Para el conjunto de 2010, la inflación promedio se situará en torno al 1,6%, una tasa moderada para la economía española, pero todavía muy elevada para la evolución económica de este ejercicio. Sería un grave error para la competitividad de la economía española tomar como referencia para la actualización de rentas y salarios el dato concreto del mes de noviembre o diciembre, ya que, como se ha explicado, ese dato no se corresponde con la evolución de nuestros precios internos", según una nota sobre inflación elaborada por los servicios técnicos de CEOE.
Según esta nota, "si descontamos de la inflación el efecto del incremento del petróleo y de las subidas impositivas, ésta sería prácticamente nula". Los servicios técnicos de CEOE hacen hincapié en que "el repunte de la inflación de los últimos meses no se corresponde ni con la evolución de los precios de producción ni con un mayor impulso económico. Se debe básicamente a dos factores exógenos a la actividad económica: el incremento del precio del petróleo y las subidas impositivas".
El precio del petróleo ha repuntado ligeramente y, de mantenerse en estos niveles lo que resta de ejercicio, supondría un leve efecto inflacionista en los próximos meses. Este hecho no resulta nada favorable para la recuperación de nuestra economía, ya que supone una transferencia de rentas al exterior, reduce la capacidad de compra de las familias y encarece los costes de las empresas.
Además, las cifras de inflación se están viendo impulsadas por las diversas subidas de impuestos llevadas a cabo a lo largo del ejercicio y, en especial, por la subida del IVA de julio. Hasta el mes de junio el IPCA-IC, mostraba una diferencia de dos décimas con el IPCA, a partir del mes de julio, con la entrada en vigor de la subida del IVA esta diferencia se eleva a 1,1 puntos porcentuales. Es decir, más de la mitad de la inflación actual se debe a subidas impositivas.
Este efecto habría sido mayor de no ser porque las empresas están haciendo un importante esfuerzo de contención de precios, incluso descontando de sus márgenes parte de las subidas impositivas, para resultar competitivos, incluso con una demanda tan debilitada.
El diferencial de inflación con la zona euro se incrementa (tres décimas de punto) a pesar de la debilidad de nuestro crecimiento económico, poniendo de relieve el mayor impacto que sobre la inflación española tiene el incremento de los precios del petróleo y la elevación de precios vía impuestos.
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