Cochabamba.- El presidente de Bolivia, Evo Morales, manifestó el sábado su convencimiento de que el pueblo no estaba preparado para enfrentar las consecuencias de la nivelación de los precios de los combustibles a nivel internacional y por ello optó por abrogar el Decreto que impulsaba esa decisión.
En una conferencia de prensa en esta ciudad, Morales anotó "El pueblo me escuchó y me enseñó y saluda la decisión que tomé en defensa de las familias más pobres".
Morales abrogó la noche del viernes el Decreto Supremo que había firmado el domingo pasado para nivelar los precios de los combustibles líquidos ante la cantidad de recursos que destina Bolivia para subvencionarlos a fin de que no lleguen caros al consumidor.
"Como ha sido mi promesa al asumir la Presidencia de Bolivia, escucho y me someto al pueblo obedeciéndole porque sus consejos son sabios", dijo.
Enfatizó que, pese a que al nivelar los precios de las gasolinas y el diesel con los vigentes en otros países se evitaba una sangría a la economía nacional, optó por anular el Decreto y dejarlo para su aplicación en el futuro.
Bolivia destinó este año 660 millones de dólares para importar esos productos, de los que 380 millones sirvieron para subvencionar sus costos en el mercado nacional.
"Todos saben que la nivelación es necesaria para que los dineros que utiliza Bolivia en la subvención de los carburantes bien pueden ser utilizados en la ejecución de programas de desarrollo de amplio alcance social, como la educación, construcción de hospitales y caminos", indicó.
Sin embargo reconoció que el incremento de casi 80 por ciento en los precios de los combustibles que implicaba la aplicación del Decreto repercutió en el costo de vida e hizo inviable la economía de las familias más pobres del país.
Morales puntualizó que cuando asumió la Presidencia, en enero de 2006, verificó que la importación de naftas el año 2005 significó un gasto de 108 millones de dólares que año tras año se fue incrementado hasta llegar al 2010 a 660 millones.
Agregó que de ese monto, 380 millones de dólares eran para subvencionar los precios de las gasolinas y el diesel y, peor aún, gran parte volvían a salir al exterior por la vía del contrabando.
El Decreto de nivelación de los combustibles líquidos fue el origen de una serie de manifestaciones de protesta en las ciudades de La Paz y El Alto con enfrentamientos entre ciudadanos y la Policía.
El Mandatario hizo patente su certeza de que, además del descontento de algunos sectores de la población con la medida, se sumaron a esas manifestaciones grupos violentos financiados por los partidos de derecha interesados en provocar la desestabilización de la democracia.
Dijo que en el pasado esos grupos actuaron con virulencia en las ciudades de Santa Cruz de la Sierra y Sucre con el mismo objetivo, pero esta vez se trasladaron a La Paz y El Alto.
Sindicó como uno de los gestores de esos conflictos al Movimiento sin Miedo (MSM), cuyo jefe y ex alcalde de La Paz, Juan del Granado, arengó a la población a salir a las calles para rechazar la determinación gubernamental so pretexto de defender los intereses del pueblo.
El Jefe de Estado señaló que el tema de los carburantes y las subvenciones será objetivo de un análisis permanente y mejor con la conformación de una Comisión Nacional integrada por representantes de diversas organizaciones sociales con el propósito de elaborar un proyecto que impida que Bolivia sufra año tras año el desangramiento de su economía a consecuencia de las subvenciones a los carburantes.
El Presidente subrayó que una de las medidas urgentes que adoptará será imprimir una lucha frontal contra el contrabando de combustibles que, paradójicamente, Bolivia importa de países vecinos.
Enfatizó que asume plenamente la responsabilidad de adoptar la medida, al liberar de las acusaciones contra algunos de sus Ministros por parte de sectores de la población.
Agregó que otro de los programas que impulsará el Gobierno será el incremento de las inversiones para las tareas de exploración y explotación de petróleo con el fin de contar en el mercado con combustibles líquidos nacionales.
Descartó que la promulgación del Decreto y sus consecuencias hayan afectado las relaciones del Gobierno con las organizaciones sociales, aunque reconoció que algunas de ellas no defendieron la medida, pese a que estaban conscientes de su importancia y urgencia.
Señaló que el Tesoro General de la Nación (TGN) cuenta aún con recursos para afrontar las subvenciones a los combustibles, "pero puede durar unos 5 o 10 años".
Morales indicó que por ello es la importancia de adoptar medidas previsoras que impidan colocar a Bolivia al borde de un abismo económico.
Morales abrogó la noche del viernes el Decreto Supremo que había firmado el domingo pasado para nivelar los precios de los combustibles líquidos ante la cantidad de recursos que destina Bolivia para subvencionarlos a fin de que no lleguen caros al consumidor.
"Como ha sido mi promesa al asumir la Presidencia de Bolivia, escucho y me someto al pueblo obedeciéndole porque sus consejos son sabios", dijo.
Enfatizó que, pese a que al nivelar los precios de las gasolinas y el diesel con los vigentes en otros países se evitaba una sangría a la economía nacional, optó por anular el Decreto y dejarlo para su aplicación en el futuro.
Bolivia destinó este año 660 millones de dólares para importar esos productos, de los que 380 millones sirvieron para subvencionar sus costos en el mercado nacional.
"Todos saben que la nivelación es necesaria para que los dineros que utiliza Bolivia en la subvención de los carburantes bien pueden ser utilizados en la ejecución de programas de desarrollo de amplio alcance social, como la educación, construcción de hospitales y caminos", indicó.
Sin embargo reconoció que el incremento de casi 80 por ciento en los precios de los combustibles que implicaba la aplicación del Decreto repercutió en el costo de vida e hizo inviable la economía de las familias más pobres del país.
Morales puntualizó que cuando asumió la Presidencia, en enero de 2006, verificó que la importación de naftas el año 2005 significó un gasto de 108 millones de dólares que año tras año se fue incrementado hasta llegar al 2010 a 660 millones.
Agregó que de ese monto, 380 millones de dólares eran para subvencionar los precios de las gasolinas y el diesel y, peor aún, gran parte volvían a salir al exterior por la vía del contrabando.
El Decreto de nivelación de los combustibles líquidos fue el origen de una serie de manifestaciones de protesta en las ciudades de La Paz y El Alto con enfrentamientos entre ciudadanos y la Policía.
El Mandatario hizo patente su certeza de que, además del descontento de algunos sectores de la población con la medida, se sumaron a esas manifestaciones grupos violentos financiados por los partidos de derecha interesados en provocar la desestabilización de la democracia.
Dijo que en el pasado esos grupos actuaron con virulencia en las ciudades de Santa Cruz de la Sierra y Sucre con el mismo objetivo, pero esta vez se trasladaron a La Paz y El Alto.
Sindicó como uno de los gestores de esos conflictos al Movimiento sin Miedo (MSM), cuyo jefe y ex alcalde de La Paz, Juan del Granado, arengó a la población a salir a las calles para rechazar la determinación gubernamental so pretexto de defender los intereses del pueblo.
El Jefe de Estado señaló que el tema de los carburantes y las subvenciones será objetivo de un análisis permanente y mejor con la conformación de una Comisión Nacional integrada por representantes de diversas organizaciones sociales con el propósito de elaborar un proyecto que impida que Bolivia sufra año tras año el desangramiento de su economía a consecuencia de las subvenciones a los carburantes.
El Presidente subrayó que una de las medidas urgentes que adoptará será imprimir una lucha frontal contra el contrabando de combustibles que, paradójicamente, Bolivia importa de países vecinos.
Enfatizó que asume plenamente la responsabilidad de adoptar la medida, al liberar de las acusaciones contra algunos de sus Ministros por parte de sectores de la población.
Agregó que otro de los programas que impulsará el Gobierno será el incremento de las inversiones para las tareas de exploración y explotación de petróleo con el fin de contar en el mercado con combustibles líquidos nacionales.
Descartó que la promulgación del Decreto y sus consecuencias hayan afectado las relaciones del Gobierno con las organizaciones sociales, aunque reconoció que algunas de ellas no defendieron la medida, pese a que estaban conscientes de su importancia y urgencia.
Señaló que el Tesoro General de la Nación (TGN) cuenta aún con recursos para afrontar las subvenciones a los combustibles, "pero puede durar unos 5 o 10 años".
Morales indicó que por ello es la importancia de adoptar medidas previsoras que impidan colocar a Bolivia al borde de un abismo económico.
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