CÚCUTA, Colombia, 5 de enero (ACNUR) - Las oficinas del ACNUR en Cúcuta, en el departamento del Norte del Santander, Colombia, y en Maracaibo, Estado de Zulia, Venezuela, acompañaron un encuentro binacional del pueblo fronterizo indígena barí, en la ciudad de Machiques, Estado de Zulia, Venezuela. Norte de Santander tiene aproximadamente 500 kilómetros de frontera con Venezuela, una frontera permeable y de difícil monitoreo.
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El conflicto armado, el narcotráfico, el contrabando, la doble nacionalidad, el desplazamiento forzado, el tráfico y la trata de personas, son una realidad en el día a día de esta frontera. A menudo se ha detectado el paso de personas huyendo de la persecución y la violencia, de un lado a otro de la frontera, sin conocimiento sobre el derecho a solicitar asilo y sobre el nexo entre la migración, la trata y el asilo.
El encuentro binacional en Machiques fue el segundo organizado por la oficina del ACNUR en Cúcuta, en coordinación con la oficina espejo en Venezuela, en el marco de los proyectos binacionales creados para fortalecer el trabajo transfronterizo para la prevención y protección de la población en situación de desplazamiento o en riesgo de desplazamiento, así como las personas en necesidad de protección internacional. El encuentro anterior tuvo lugar en Tibú, departamento de Norte de Santander, Colombia, en septiembre de 2010.
El encuentro contó con una activa participación de casi doscientos personas, tanto los miembros de la junta directiva de ASOCBARI y de ASOCBARIVEN (asociaciones de las comunidades barí de Colombia y Venezuela, respectivamente), como la población barí ubicada a ambos lados de la frontera. Las temáticas abordadas fueron varias: desde la doble nacionalidad, el territorio y hábitat, hasta los servicios de salud, educación, la autonomía y el liderazgo.
Sobre el tema de frontera y nacionalidad, el ACNUR diseminó información sobre las disposiciones legales de ambos países, que reconocen a los pueblos indígenas fronterizos la doble nacionalidad, y ofreció asesoría técnica para el cumplimiento de dichas disposiciones, ya que uno de los principales vacíos de protección es la exigencia, injustificada, de una cédula de ciudadanía o pasaporte para el ingreso en el país vecino, debido al desconocimiento por parte de las autoridades migratorias de ambos países de la normativa vigente relacionada con la binacionalidad.
En esta jornada se escucharon las voces en bari-ara de autoridades tradicionales - conocidos con el nombre de “caciques”-, hombres, mujeres y jóvenes, que expresaron sus opiniones, identificaron los principales vacíos de protección y compartieron experiencias vividas a ambos lados de la frontera. Este encuentro permitió que se armonizaran los enfoques para enfrentar los riesgos de protección en la frontera, mostrando la comunidad barí gran interés en replicar los proyectos de prevención y protección y de género del ACNUR en Colombia.
El encuentro permitió reforzar las actividades de fortalecimiento comunitario de base y de participación comunitaria y se facilitó el apoyo recíproco y la comunicación de un pueblo dividido por una frontera creada artificialmente.
Como dijo un líder barí: “Nosotros somos un solo pueblo. La frontera es una división política. Nosotros somos iguales, aquí o allá. La política nos ha puesto la identidad de tener cédula colombiana o venezolana, pero nosotros somos como los loros, que van por aquí, vuelan, comen por allá, no tenemos divisiones”.
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