Un doble desastre castiga a Níger: Oxfam advierte que quedan millones sin recibir ayuda

29 de agosto de 2010

Cuando faltan apenas menos de dos meses para la cosecha, las inundaciones y las fuertes lluvias en Níger han destruido muchos cultivos, complicando de ese modo la crisis alimentaria que azota el país, ha informado la Organización No Gubernamental (ONG) internacional Oxfam. Las inundaciones han acabado con la vida de al menos seis personas, han dejado a miles de ellas sin hogar y han arruinado cultivos, llevando familias hambrientas al extremo de la crisis.

"Las inundaciones han destruido muchos cultivos y verduras que en otro caso habrían sido alimento crucial para familias famélicas", ha manifestado Raphael Sindaye, Subdirector de Oxfam en África Occidental. "Quienes antes rezaban para que lloviera y sus cultivos recibieran el agua necesaria, lo han perdido todo. Lo que en principio pudo parecer la solución a la sequía, ahora ha venido a empeorar el problema", ha añadido Sindaye.
En Niamey, la capital, el río Níger ha alcanzado su mayor nivel en más de 80 años. Con las crecidas, miles han perdido sus casas, sus huertos y sus campos sembrados de arroz.

“No queda nada" de lo poco que quedaba

La ONU ha estimado que más de 110.000 personas han sido afectadas por las inundaciones en Níger, y muchas de ellas son parte de los casi ocho millones sobre los que se cierne el peligro de la hambruna.
Ibrahim Mahaman, jefe de una aldea azotada por las inundaciones, ha afirmado:
"Este es un desastre por duplicado. Antes de las lluvias la gente no tenía qué comer, pero ahora, por pequeña que haya sido la reserva de grano que tuvieran, el agua se la ha llevado. No ha quedado nada".
Las grandes inundaciones en todo el país obstaculizan por igual el reparto de alimentos, pues han borrado muchos caminos. También hay preocupación porque las inundaciones aumentarán el riesgo de contraer malaria y diarrea, particularmente para los menores, debilitados ya por la desnutrición.
"Estamos ayudando a miles de personas afectadas por las inundaciones", ha aclarado Sindaye, "pero nuestros recursos van disminuyendo peligrosamente en momentos en que respondemos a una de las peores crisis alimentarias que se recuerde en la región. Níger necesita con urgencia más dinero para financiar no solo la crisis alimentaria, sino también la ayuda a la población afectada por esta segunda emergencia".
Oxfam y sus afiliados están ayudando con la provisión equipos de higiene y limpieza y la instalación de depósitos de agua en los edificios comunitarios donde se ha reubicado a las familias desplazadas.

Chad y Malí también se ven afectados

Las riadas han matado a más de un millar de animales y han destruido viviendas y cultivos en la aldea de Kazoé, en la región de Zinder, donde Oxfam y AREN (Association pour la Redynamisation de l'Élevage au Niger), un organización local, han estado distribuyendo alimentos.
Las inundaciones han llegado en un momento en que el Programa Mundial de Alimentos ha reconocido que no es posible suministrar ayuda alimentaria al 60 por ciento de los que viven bajo la amenaza de la hambruna en Níger a menos que, con carácter de urgencia, sus donantes le hagan llegar más recursos.
El programa de Naciones Unidas enfrenta un déficit de US$ 88 millones y no podrá cumplir con el ambicioso objetivo de alimentar a casi ocho millones en Níger en el punto crucial de la crisis alimentaria.
Las fuertes lluvias y las inundaciones han afectado también algunas regiones de Chad y el norte de Malí.
"La situación en África Occidental puede parecer desesperadamente compleja y difícil, pero si la comunidad internacional invirtiera en las labores de desarrollo previsibles a largo plazo, podríamos garantizar que en el futuro las familias sean mucho menos vulnerables a los desastres (y a los dobles desastres, como el actual), y se ahorrarían recursos materiales", ha concluido Sindaye al reflexionar sobre la situación tan apremiante.

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