CRECIMIENTO MUNDIAL SOSTENIDO Y LENTO PARA EL 2011

14 de enero de 2011

La economía mundial se desplaza desde una fase de repunte posterior a la crisis hacia un crecimiento más lento pero aún sólido en este año y el próximo, y los países en desarrollo aportan casi la mitad del crecimiento mundial, afirma la última edición del informe del Banco Mundial titulado Perspectivas económicas mundiales para 2011.
El Banco Mundial estima que el producto interno bruto (PIB) mundial
[1], que aumentó un 3,9% en 2010, desacelerará su ritmo de crecimiento al 3,3% en 2011, para luego llegar al 3,6% en 2012. Se prevé que los países en desarrollo crezcan un 7% en 2010, 6% en 2011 y 6,1% en 2012, y que continúen superando el crecimiento de los países de ingreso alto, que se proyecta llegará a niveles del 2,8% en 2010, 2,4% en 2011 y 2,7% en 2012.


En la mayoría de los países en desarrollo, el PIB se ha recuperado hasta llegar a los guarismos que habrían imperado si no hubiera habido ningún ciclo de auge y depresión. Si bien se proyecta un crecimiento sostenido a lo largo de 2012, la recuperación en varias economías emergentes de Europa y Asia central y en algunos países de ingreso alto es incierta. En ausencia de políticas internas correctivas, es probable que los niveles elevados de desempleo y endeudamiento en los hogares, sumados a la fragilidad de los sectores de vivienda y banca, obstaculicen la recuperación.

“Una nota positiva es que el fuerte crecimiento de la demanda interna en los países en desarrollo está liderando la economía mundial, aunque los persistentes problemas del sector financiero de algunos países de ingreso alto continúan siendo una amenaza para el crecimiento y requieren medidas de política urgentes”, afirmó Justin Yifu Lin, primer economista y primer vicepresidente de Economía del Desarrollo del Banco Mundial.

La afluencia neta de capital y bonos internacionales a los países en desarrollo creció abruptamente en 2010, con un aumento del 42% y 30%, respectivamente, y nueve países recibieron el grueso del aumento en dicha afluencia. La inversión extranjera directa en los países en desarrollo aumentó menos, un 16% en 2010, con lo cual alcanzó US$410 000 millones tras disminuir un 40% en 2009. Una parte importante del repunte se debe a las crecientes inversiones dentro del hemisferio sur, especialmente las que se originan en Asia.

“El repunte en la afluencia de capitales internacionales reforzó la recuperación en la mayoría de los países en desarrollo”, explicó Hans Timmer, director del Grupo de Análisis de las Perspectivas de Desarrollo del Banco Mundial. “No obstante, la gran afluencia de capitales a ciertas economías grandes de ingreso mediano puede acarrear riesgos y amenazar la recuperación a mediano plazo, especialmente si aumentan súbitamente los valores de las monedas o si emergen las burbujas de activos”.

La mayoría de los países de ingreso bajo obtuvo ganancias comerciales en 2010 y, en términos generales, el PIB de estos países aumentó un 5,3% en 2010. Dicho aumento estuvo respaldado por un repunte en los precios de los productos básicos, y, en menor medida, en las remesas y el turismo. Se proyecta que se fortalezcan aún más las perspectivas de dichos países, con un crecimiento del 6,5% tanto en 2011 como en 2012.
De acuerdo con el informe, los actuales precios relativamente altos de los alimentos están teniendo una repercusión mixta. En muchas economías, la depreciación del dólar estadounidense, el mejoramiento de las condiciones locales y los crecientes precios de los bienes y servicios hacen que el precio real de los alimentos no haya aumentado tanto como el precio en dólares estadounidenses de los productos alimentarios básicos comercializados internacionalmente.

No obstante, los aumentos de dos dígitos que se registraron en los últimos meses en los precios de los principales productos básicos están ejerciendo presión sobre los hogares de países que ya sufrían de una elevada carga de pobreza y desnutrición”. Por otro lado, si los precios mundiales de los alimentos continúan aumentando junto con otros productos básicos clave, no se puede descartar una reiteración de las condiciones de 2008”, advirtió Andrew Burns, gerente de Macroeconomía Mundial del Grupo de Análisis de las Perspectivas de Desarrollo del Banco Mundial.

Principales datos por región

Asia oriental y el Pacífico, con un crecimiento del PIB estimado en 9,3% para 2010, encabezó la recuperación mundial. Ello estuvo apuntalado por un aumento estimado del 10% en el PIB de China y un aumento del 35% en sus importaciones. El crecimiento de la producción en el resto de la región también fue vigoroso, con cifras del 6,8%. Las políticas monetarias laxas en los países de ingreso alto fomentaron la afluencia de capitales, y se registró un aumento en los mercados de capitales tailandés e indonesio de más del 40% desde enero de 2010. La afluencia de capitales generó una apreciación de las monedas regionales, a pesar de la instauración de medidas de compensación, como la acumulación de reservas y otros ajustes. A medida que disminuye el ritmo de la recuperación mundial, se prevé una desaceleración en el crecimiento del PIB, aunque se proyecta que mantendrá su solidez a un 8% en 2011 y 7,8% en 2012.

Luego de una reducción del 6,6% en el PIB durante 2009, se prevé que la producción se incrementará un 4,7% en la región de Europa y Asia central en 2010, debido a la intensa reestructuración que se lleva a cabo en varios países. La producción en Bulgaria, Lituania, República Kirguisa y Rumania se estancó o disminuyó en 2010, y se proyecta que crecerá solamente un 2% en 2011 y 3,3% en 2012. Excluyendo estos países, se prevé que el ritmo del crecimiento en el resto de la región se desacelerará hasta llegar al 4,2% tanto en 2011 como en 2012. La recuperación de la región se mantiene especialmente sensible a la situación de la Europa de ingreso alto, donde la sostenibilidad de la deuda soberana continúa siendo motivo de preocupación.

La región de América Latina y el Caribe ha salido bien de la crisis mundial, en comparación con el desempeño que exhibió en el pasado y con el ritmo de la recuperación en otras regiones. Después de una contracción del 2,2% en 2009, se calcula que el PIB ha sufrido un incremento del 5,7% en 2010, similar al crecimiento promedio registrado durante la época del auge que se vivió entre los años 2004 y 2007. Se proyecta que habrá una desaceleración del crecimiento hasta llegar aproximadamente al 4% en 2011 y 2012, principalmente debido al debilitamiento del entorno externo, a medida que se modera el crecimiento en las economías avanzadas y China. Varios países de la región han estado sujetos a la afluencia de capitales potencialmente desestabilizadores, lo cual ha contribuido a generar una fuerte presión al alza sobre algunas divisas. 

Para los países en desarrollo de Oriente Medio y Norte de África, el leve repunte en el crecimiento en 2010 reflejó la mejora del entorno externo y los efectos continuos de los programas de estímulo previos. El aumento en los precios del petróleo en el año benefició a los exportadores de petróleo de los países en desarrollo, mientras que el repunte en algunas partes de la zona del euro y el crecimiento en los países de ingreso alto del Consejo de Cooperación del Golfo contribuyeron a apuntalar la recuperación de las exportaciones, las remesas y el turismo. Después de una mejora del 3,3% en 2010, se prevé que la región gozará de beneficios mayores del 4,3% y 4,4% en 2011 y 2012, respectivamente, mientras continúe el crecimiento de la demanda interna, se afirmen los mercados de exportación y los precios del petróleo se mantengan en niveles elevados.

Se proyecta que la región de Asia meridional tendrá un crecimiento del PIB del 7,9% en promedio, en los ejercicios económicos de 2011-12, impulsado por el notable crecimiento de India. Ello se compara con un crecimiento estimado del 8,7% en el ejercicio de 2010. La región se benefició con las medidas agresivas para estimular la demanda, la reactivación de la vocación de inversión y consumo, y la reanudación de la afluencia de capitales. La reciente medida para promover una política más restrictiva probablemente necesite consolidarse aún más, en virtud de los altos déficits fiscales de la región (los más altos de las regiones en desarrollo), la elevada inflación y el deterioro de la situación en cuenta corriente.

La producción de África al sur del Sahara aumentó en una cifra estimada en 4,7% en 2010, lo cual implica un sólido repunte con respecto a la tasa de crecimiento de 1,7% de 2009. En Sudáfrica, la mayor economía de la región, el crecimiento estimado en 2,7% en 2010 se vio coartado por la merma en la inversión privada, la apreciación del rand y las huelgas de mano de obra. Se prevé que el crecimiento sudafricano llegue al 3,5% y 4,1% en 2011 y 2012, respectivamente, a medida que continúen mejorando las condiciones internacionales. De hecho, dejando de lado a Sudáfrica, el resto de la región ha tenido un mejor desempeño. El PIB de estos países africanos aumentó en una cifra estimada en 5,8% en 2010 y se proyecta que crecerá un 6,4% en 2011 y 6,2% en 2012. El repunte fue mayor entre los exportadores de metales y minerales, y los exportadores de petróleo, que se han beneficiado del fortalecimiento de los precios de los productos básicos.

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