Sporting, 1; Real Sociedad, 3

28 de noviembre de 2010

El Sporting perdió por 1-3 en El Molinón ante la Real Sociedad en El Molinón, en partido de Liga.
Sporting: Juan Pablo; Lora, Botía (Sergio Alvarez), Gregory, José Ángel; Rivera, Eguren; Nacho Novo, De las Cuevas (Carmelo), Bilic (Barral); y Sangoy.
Real Sociedad: Bravo: Martínez, Mikel, Elustondo, Griezman (Labaka), Llorente (Tamudo), Prieto, Ansotegui, Zurutuza (Aramburu), Rivas y De la Bella. 
Árbitro: Paradas Romero, del Comité Andaluz. Amonestó a De la Bella, Martínez y Llorente, por la Real Sociedad, y a De las Cuevas, Sangoy, Barral y Carmelo, por el Sporting. 
Incidencias: Los jugadores del Sporting saltaron al campo con una camiseta en contra de la violencia de género contra las mujeres, a lo que sumaron luego el ánimo para la candidatura ibérica a favor del Mundial en España y Portugal. También en los prolegómenos Rivera recibió El Molinón de Plata. 23.800 espectadores.
 
El partido comenzó con todo a favor para el Sporting, prácticamente cuando se superaba el primer minuto, con un córner a favor del equipo rojiblanco que botó De las Cuevas y Gregory, impecable, envió a gol.
Pero la tarde era de goles tempraneros, porque en el minuto 11, Xavi Prieto aprovechó un rápido saque de portería de Bravo y el continuado servicio de Llorente para lograr el tanto del empate.
 
Había empuje, pero también muchas imprecisiones por ambos lados. El Sporting no se encontraba cómodo y en el último minuto de la primera mitad el joven galo Griezmann se la jugó al equipo gijonés. Tras despejar como pudo de cabeza Lora, Zurutuza subió el segundo gol al marcador para los visitantes. Al equipo rojiblanco se le hizo excesivamente larga la primera parte.
 
La segunda mitad comenzó con un Sporting que tampoco acaba de cogerle la manija al encuentro. Preciado no dejó pasar más que doce minutos para dar entrada a Barral y a Carmelo.
Ambos tuvieron sus oportunidades, pero el guardameta Bravo y la mala fortuna de la tarde impidieron el gol rojiblanco. El equipo gijonés se topaba también con un arbitraje que pitaba en exceso. 
Por si había más dudas de cómo se había encarrilado el partido, Aramburu puso el tercer tanto visitante en los instantes finales ante el desencanto de la afición local.

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