La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, insistió hoy en la necesidad de poner fin a la impunidad que ha rodeado a las atrocidades ocurridas en la República Democrática del Congo de 1993 a 2003. Crímenes de guerra, violaciones del derecho internacional humanitario y genocidio son algunos de los crímenes a los que apuntan las evidencias recogidas por un informe dado a conocer esta mañana sobre el conflicto en ese país africano durante ese periodo.
A lo largo de esa década, decenas de miles de personas fueron asesinadas, violadas y mutiladas por actores estatales y no estatales.
Al presentar el documento en Ginebra, Pillay afirmó que el informe examina varias opciones para la búsqueda de la verdad y la reconciliación.
“No es una investigación judicial. Si hubo genocidio u otros crímenes, eso sólo podrá ser decidido por un tribunal competente. Hacemos sugerencias de mecanismos de justicia que sólo el gobierno y los ciudadanos de la República Democrática del Congo determinarán su aplicación”, dijo Pillay.
Para la confección del estudio se entrevistó a unos 1.200 testigos en un periodo de dos años y se denunciaron 617 de las más serias violaciones de derechos humanos cometidos en esos diez años.




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