El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó hoy un nuevo acuerdo de dos años a favor de México en el marco de la Línea de Crédito Flexible (LCF) por un monto equivalente a DEG 47,292 millones (alrededor de US$72,000 millones1). Las autoridades mexicanas manifestaron su intención de asignar al acuerdo un carácter precautorio y no prevén utilizar los fondos.
La primera LCF a favor de México fue aprobada el 17 de abril de 2009 (véase el comunicado de prensa No. 09/130), y fue renovada el 25 de marzo de 2010 (véase el comunicado de prensa No. 10/114).
Al término de las deliberaciones sobre México en el Directorio Ejecutivo, el Primer Subdirector Gerente y Presidente Interino del Directorio, John Lipsky, formuló la siguiente declaración:
“México tiene fundamentos económicos muy firmes y un sólido marco de política económica. A lo largo de los años se han logrado avances importantes en el fortalecimiento de los balances de los sectores público y privado, y en el reforzamiento de la capacidad de resistencia del sector financiero. La credibilidad de las políticas y la estabilidad económica han estado respaldadas por un amplio conjunto de políticas basadas en reglas; entre ellas, la regla de presupuesto equilibrado, el marco de objetivos de inflación y el régimen de tipo de cambio flexible.
“Estos factores de fortaleza han facilitado la tarea de mantener condiciones económicas ordenadas en México, aun en medio de una sustancial volatilidad externa durante la crisis mundial, y a dichos factores se ha sumado la rápida y bien calibrada respuesta de políticas implementadas por las autoridades. La concertación de financiamiento contingente con el FMI a través de la Línea de Crédito Flexible también ha contribuido a mantener la confianza.
“Desde mediados de 2009, México viene experimentando una recuperación cíclica vigorosa. Las autoridades han continuado tomando importantes iniciativas ―entre ellas, la reforma tributaria de 2010, el establecimiento del Consejo de Estabilidad Financiera ―un consejo de alto nivel encargado de mejorar la vigilancia del riesgo sistémico en el sector financiero―, y la promoción de reformas estructurales, entre otros ámbitos en el mercado laboral y el marco de competencia― como parte de un esfuerzo, mantenido durante varios años, para potenciar las perspectivas a mediano plazo y fortalecer el marco de política económica.
“Sin embargo, persisten importantes riesgos para las perspectivas económicas mundiales, particularmente debido a las presiones en torno a los flujos de capital y a la confianza de los inversionistas a escala internacional, que continúan siendo un reto para los mercados emergentes como México. A solicitud de las autoridades, el Directorio Ejecutivo aprobó hoy un nuevo acuerdo de dos años por DEG 47,292 millones en el marco de la LCF del FMI, que reemplazará al acuerdo aprobado en marzo de 2010.
Al igual que en el acuerdo anterior, las autoridades mexicanas manifestaron su intención de asignar al acuerdo un carácter precautorio. La duración y el tamaño ampliados de esta LCF —nuevas características que son posibles gracias a la reciente reforma de los servicios de crédito del FMI— permitirán que la LCF contribuya en mayor medida a proteger a México frente a los riesgos externos, a la vez que continúa apoyando la estrategia macroeconómica global de las autoridades”, señaló Lipsky.
La LCF fue creada el 24 de marzo de 2009 para países cuyas variables económicas fundamentales, políticas e historial en la implementación de las políticas son muy sólidas, y resulta especialmente útil en la prevención de crisis. Los acuerdos en el marco de la LCF se aprueban a favor de países que reúnen requisitos de elegibilidad preestablecidos (véase el comunicado de prensa No. 09/85).
Posteriormente, se perfeccionó la LCF con las reformas aprobadas el 30 de agosto de 2010 (véase el comunicado de prensa No. 10/321). La duración de la línea de crédito se amplió de un año a dos años (con una revisión después de un año para confirmar que siguen cumpliéndose los requisitos de elegibilidad) y se eliminó el tope que limitaba el acceso a los recursos al 1,000% de la cuota del país.
El período de reembolso es de tres a cinco años. El acceso se determina en cada caso, y puede ponerse a disposición del país en un solo desembolso inicial en lugar de escalonarse. Los desembolsos en el marco de la LCF no están condicionados al logro de metas de política económica específicas o al cumplimiento de criterios cuantitativos. Hay flexibilidad para utilizar la línea de crédito en el momento en que ésta se aprueba o asignarle un carácter precautorio.
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