Las fiestas navideñas suelen implicar un incremento del ritmo gastronómico y una reducción de la actividad física en la vida de una persona. En este sentido, diversos estudios sitúan el aumento de peso en una media de dos kilos por ciudadano durante las dos semanas de banquetes y reuniones familiares, provocado por un desproporcionado incremento de las calorías de la dieta, debido al aumento de la ingesta de alimentos grasos y azúcares simples en exceso.
Para superar esta situación, desde el Instituto de Obesidad se considera fundamental una adecuada alimentación acompañada del correspondiente ejercicio físico; factores, ambos, que mejoran en la medida en que se tratan de forma individual y específica en una persona.
Sobre este aspecto, y antes de profundizar sobre la mejor terapia posible, conviene recordar los dictámenes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que define a ésta no sólo como la ausencia de enfermedad en el cuerpo, sino como un estado completo de normalidad fisiológica y psicológica, con su correspondiente adaptación a la sociedad. Una adaptación que pasa, según la propia OMS, por la condición social (10%), la condición médica (8%), la condición climática (7%), los factores genéticos (15%) y el estilo de vida (60%).
Como puede observarse, el factor preponderante dentro de esta clasificación es el relativo al estilo de vida, que implica una nutrición variada y equilibrada así como unos adecuados hábitos deportivos, necesarios durante todo el año e imprescindibles tras los posibles excesos de las fiestas navideñas.
Bajo este marco, desde el Instituto de Obesidad se recomienda la apuesta por dietas equilibradas que contengan todos los alimentos necesarios para conseguir un estado nutricional óptimo. Para ello será fundamental aportar alimentos con los nutrientes necesarios para llevar a cabo correctamente los procesos metabólicos y de trabajo físico de nuestro organismo.
Un desayuno de calidad, que incorpore frutas frescas, lácteos y farináceos adecuados, junto a unas comidas que aporten, en su justa medida, grupos de alimentos óptimos –verduras y hortalizas, pescado, carnes, legumbres, cereales y frutas- son la base fundamental para un correcto estilo de vida y para sobreponerse al posible incremento de peso de estos días.
Desde el Instituto de Obesidad se ofrece información y asesoramiento, a todos aquellos que lo deseen, para la realización de una dieta equilibrada e individualizada, seguida en todo momento por un especialista que, a su vez, delimitará el proceso oportuno en lo que a hábitos saludables y práctica de ejercicios físicos se refiere.
En esta línea, el Instituto recuerda que una dieta proteinada, bajo la supervisión de un especialista, se configura como la mejor opción para situaciones de sobrepeso y obesidad, así como para la corrección de trastornos metabólicos, de hiperinsulinismo, y para un eficaz adelgazamiento
Para superar esta situación, desde el Instituto de Obesidad se considera fundamental una adecuada alimentación acompañada del correspondiente ejercicio físico; factores, ambos, que mejoran en la medida en que se tratan de forma individual y específica en una persona.
Sobre este aspecto, y antes de profundizar sobre la mejor terapia posible, conviene recordar los dictámenes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que define a ésta no sólo como la ausencia de enfermedad en el cuerpo, sino como un estado completo de normalidad fisiológica y psicológica, con su correspondiente adaptación a la sociedad. Una adaptación que pasa, según la propia OMS, por la condición social (10%), la condición médica (8%), la condición climática (7%), los factores genéticos (15%) y el estilo de vida (60%).
Como puede observarse, el factor preponderante dentro de esta clasificación es el relativo al estilo de vida, que implica una nutrición variada y equilibrada así como unos adecuados hábitos deportivos, necesarios durante todo el año e imprescindibles tras los posibles excesos de las fiestas navideñas.
Bajo este marco, desde el Instituto de Obesidad se recomienda la apuesta por dietas equilibradas que contengan todos los alimentos necesarios para conseguir un estado nutricional óptimo. Para ello será fundamental aportar alimentos con los nutrientes necesarios para llevar a cabo correctamente los procesos metabólicos y de trabajo físico de nuestro organismo.
Un desayuno de calidad, que incorpore frutas frescas, lácteos y farináceos adecuados, junto a unas comidas que aporten, en su justa medida, grupos de alimentos óptimos –verduras y hortalizas, pescado, carnes, legumbres, cereales y frutas- son la base fundamental para un correcto estilo de vida y para sobreponerse al posible incremento de peso de estos días.
Desde el Instituto de Obesidad se ofrece información y asesoramiento, a todos aquellos que lo deseen, para la realización de una dieta equilibrada e individualizada, seguida en todo momento por un especialista que, a su vez, delimitará el proceso oportuno en lo que a hábitos saludables y práctica de ejercicios físicos se refiere.
En esta línea, el Instituto recuerda que una dieta proteinada, bajo la supervisión de un especialista, se configura como la mejor opción para situaciones de sobrepeso y obesidad, así como para la corrección de trastornos metabólicos, de hiperinsulinismo, y para un eficaz adelgazamiento
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