¡Arriba el telón!

OPINIÓN

Por Luis José de Ávila

Periodista

Esta tarde, a las cinco, como los auténticos toreros, el político Francisco Alvarez-Cascos, que se acaba de dar de baja del partido, el PP, de toda su vida -más de 31 años como militante- se enfrentará a los representantes de los medios de comunicación en un céntrico hotel supongo que para anunciar que pese a todas las zancadillas recibidas dará batalla en las próximas elecciones autonómicas el 22 de mayo. Se que, rodeado de un montón de fieles, Alvarez-Cascos leerá un comunicado y luego se pondrá a disposición de los periodistas. La guerra en la derecha asturiana está servida con resultados inciertos tanto para la aventura de Francisco Alvarez-Cascos como para la maniobra de Gabino de Lorenzo quien si logra colocar a su protegida Isabel Pérez Espinosa en la presidencia de Asturias se convertiría en el virrey de la derecha asturiana. Alcalde de Oviedo para otros cuatro años y gestor en la sombra de la presidenta del Principado, ahí es nada. Sin embargo el paso adelante que ahora da Francisco Alvarez-Cascos -disparad sobre mí, el enemigo está dentro- va a provocar el trastoque de los planes del Partido Popular de Asturias. Esta guerra cruenta, no les queda duda, va a salpicar al propio Mariano Rajoy que tendrá que ir despidiéndose de ver Asturias de color azul para cuando llegue a La Moncloa.
Bien hará Francisco Alvarez-Cascos en explicar a la opinión pública asturiana el lío que se ha montado; la otra vez, cuando lo de Sergio Marqués, hubo confusión y habladurías más que nada, y es aún al día de hoy en que los asturianos no sabemos realmente lo que pasó. En esta ocasión tampoco sabemos el punto de ignición de la ruptura entre Gabino de Lorenzo y Francisco Alvarez-Cascos cuando hace unos meses todo parecía ir sobre ruedas con un tanden, el integrado por ambos, que parecía solido cara a la presidencia del Principado y al ayuntamiento de Oviedo. Perspectivas avaladas además por lo que marcan las encuestas respecto a un hundimiento del PSOE y una espectacular subida del PP. Pero algo, insisto, torció el guión, y el PP asturiano va a acabar como el rosario de la autora. Por tanto, a partir de las cinco de esta tarde estaremos ya en un punto sin retorno que para nosotros los periodistas va a resultar muy entretenido en los próximos meses aunque para Asturias probablemente sea una catarsis dolorosa y hasta negativa.
Iré esta tarde a la rueda de prensa de Francisco Alvarez-Cascos. Es como asistir en el Teatro Campoamor al levantamiento del telón de una obra cuyo final ignoramos. Ya les contaré.