Los autónomos serán los grandes perjudicados por la subida de la luz

CEAT Asturias, la organización que agrupa a los 23.000 autónomos integrados en FADE, ha mostrado hoy su gran preocupación por la subida de la luz del 9,8% que será efectiva a partir del 1 de enero. A juicio de CEAT Asturias, este aumento afectará a la inmensa mayoría de los autónomos, acogidos a la llamada Tarifa de Último Recurso (TUR), con potencias contratadas inferiores a 10 kilovatios, y sin posibilidad de acogerse a medidas reductoras como el bono social.

Tampoco quedarán fuera de la subida el resto de pymes y autónomos que tienen tarifa por potencia instalada superior a 10 Kw, que tendrán que seguir asumiendo vía electricidad los aumentos experimentados por las subidas energéticas. En este sentido, debemos recordar que el 16 por ciento de la energía consumida en el tramo entre 10 y 15 Kw de potencia contratada, lo es por el comercio; el 4,2 por ciento por la hostelería; y el 4,8 por ciento por la construcción, sectores que están tradicionalmente ocupados por empresarios autónomos.

Además, los autónomos sufrirán una doble subida, en sus domicilios y en sus negocios. Pero mientras en los hogares la electricidad constituye aproximadamente un 2,7 por ciento en la cesta de la compra, en su actividad económica la factura energética tiene mucha más importancia. Así, un 10 %, del precio industrial está conformado por el precio de le energía eléctrica.

El aumento de costes fijos, la debilidad de la demanda, afectada por el aumento del IVA del pasado mes de julio, y las ya duraderas dificultades de acceso al crédito, junto con la morosidad de particulares y Administraciones Públicas, sitúan al autónomo ante una gran incertidumbre económica. Medidas como ésta poco hacen por ayudar a un colectivo que ha pasado de los 83.862 autónomos que había en Asturias en el año 2007 a los actuales 78.064 autónomos del mes de noviembre de 2010.

Desde CEAT ASTURIAS entendemos que no vale sólo quejarse, sino que hay que adoptar alternativas efectivas. A día de hoy, sólo una política energética que contemple el uso de la energía nuclear como nuestros vecinos y competidores europeos puede ser capaz de paliar, aunque sólo sea parcialmente, un problema energético que afecta de manera vital a nuestras empresas.