El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, lamentó ayer que hasta ahora no haya sido posible reanudar el diálogo entre Costa Rica y Nicaragua en la perspectiva de acercar posiciones en torno al diferendo limítrofe que tensionó la relación entre estas dos naciones centroamericanas, como lo pidieron las demás naciones del continente en el Consejo Permanente y la Reunión de Consulta de la OEA.
El Secretario General Insulza manifestó que "todos los países representados en la OEA quieren que estas dos naciones hermanas resuelvan sus diferencias de manera pacífica y por medio del diálogo y todos están dispuestos a contribuir para que ello sea posible".
En este sentido, precisó que el organismo hemisférico "nunca ha intervenido en el litigio fronterizo; por el contrario, todos los Estados Miembros han sido respetuosos de la soberanía de ambos países y han tenido especial cuidado de no inmiscuirse en los asuntos jurídicos de fondo de la controversia, buscando solamente ayudar a crear las condiciones para un diálogo positivo y ecuánime, que disminuya la tensión bilateral. La simple lectura de las actas y resoluciones adoptadas echa por tierra cualquier argumento de intervención indebida".
Reiteró que "aunque los dos países hayan decidido llevar el diferendo ante la Corte Internacional de Justicia, sigo creyendo que Nicaragua y Costa Rica deben sentarse a dialogar en los términos que ellos acuerden, porque el examen del tema en la Corte puede llevar años y, si no se dan garantías recíprocas y justas que restablezcan la confianza, eso debilita la paz, la relación entre países hermanos, y al conjunto de la región".
"Las gestiones realizadas ante ambos gobiernos y los acuerdos adoptados por los países del hemisferio en la OEA buscan contribuir a la búsqueda indispensable de esas garantías recíprocas", concluyó el máximo representante de la Organización hemisférica.
En este sentido, precisó que el organismo hemisférico "nunca ha intervenido en el litigio fronterizo; por el contrario, todos los Estados Miembros han sido respetuosos de la soberanía de ambos países y han tenido especial cuidado de no inmiscuirse en los asuntos jurídicos de fondo de la controversia, buscando solamente ayudar a crear las condiciones para un diálogo positivo y ecuánime, que disminuya la tensión bilateral. La simple lectura de las actas y resoluciones adoptadas echa por tierra cualquier argumento de intervención indebida".
Reiteró que "aunque los dos países hayan decidido llevar el diferendo ante la Corte Internacional de Justicia, sigo creyendo que Nicaragua y Costa Rica deben sentarse a dialogar en los términos que ellos acuerden, porque el examen del tema en la Corte puede llevar años y, si no se dan garantías recíprocas y justas que restablezcan la confianza, eso debilita la paz, la relación entre países hermanos, y al conjunto de la región".
"Las gestiones realizadas ante ambos gobiernos y los acuerdos adoptados por los países del hemisferio en la OEA buscan contribuir a la búsqueda indispensable de esas garantías recíprocas", concluyó el máximo representante de la Organización hemisférica.
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