Israel realmente nunca ha querido la paz

19 de diciembre de 2010

Por Elie Podeh: 
Profesora en el Departamento de Estudios Islámicos y de Oriente Medio en la Universidad Hebrea de Jerusalén.


La paz puede ser un sueño - pero no es nuestro sueño. Ha llegado el momento de reconocer el hecho de que Israel utiliza la retórica de la paz, pero hace muy poco a nivel práctico para lograrlo. Cualquier persona que todavía se aferran a el axioma de que "no vamos a dejar un piedra sin remover" debe echar un buen vistazo al espejo. Israel está realmente trabajando con determinación y persistencia para alcanzar la paz?.

El anuncio por parte de los Estados Unidos e Israel de que los esfuerzos por reanudar las negociaciones directas habían fracasado,en menos de seis meses después de haber comenzado en Washington, es una prueba directa de que Israel no los está haciendo. Este país se merece la mayor parte de la culpa: la historia no perdonará a aquellos que consideraron el tema de la ampliación de la moratoria de la construcción en los asentamientos, incluso durante tres meses, más importante que continuar las conversaciones y llegar a una solución diplomática.

Se podría culpar, por supuesto, al Presidente de EEUU Barack Obama, basandonos en que no ha presionado con la suficiente fuerza a las dos partes, particularmente a Israel, y no ha ejercido la suficiente influencia económica y política a su disposición para "persuadirlos" de los beneficios de continuar las conversaciones. Pero la historia enseña que no hay paz, ni siquiera un marco para las negociaciones, ha tenido éxito a menos que las partes en conflicto estuviera realmente preparada para un diálogo genuino.

La paz con Egipto y con Jordania, los Acuerdos de Oslo y las negociaciones en los últimos años con Siria y otras partes se llevaron a cabo y avanzaron hacia adelante basándose en los intereses de los propios adversarios, con las grandes potencias jugando, generalmente, un papel de conciliador y mediador. Los incentivos ofrecidos por el mediador fueron eficaces sólo cuando las partes estaban dispuestas a llegar a un acuerdo.

La verdad es que la culpa es de las partes rivales, pero no por igual. No hay duda de que el Primer Ministro Benjamín Netanyahu y su gabinete son en gran parte responsable del último fracaso. El primer ministro es un hueso duro de roer: En su discurso del inicio de las conversaciones, suscrita en Washington en septiembre, Netanyahu repitió dos veces la siguiente frase: "La historia nos ha dado una oportunidad única para poner fin al conflicto entre nuestros pueblos." Además empleó la palabra "paz" 14 veces durante su intervención, Si bien es cierto que los políticos utilizan la retórica para promover sus agendas, estas medidas y este lenguaje crear una dinámica de expectativas que, cuando no se cumplen, conducen a la frustración y, finalmente, al fracaso.

En gran medida, Netanyahu y su gabinete son las representación de la sociedad israelí de hoy. Las encuestas de opinión apuntan a un creciente extremismo, rayando con el racismo, según la opinión de los judíos sobre los árabes, así como a la alienación y la desconfianza de los objetivos e intenciones de la otra parte. Dadas estas circunstancias, no es de extrañar que no haya presión pública sobre el gobierno para avanzar en el proceso de paz y que no haya habido una significativa respuesta pública al dramático anuncio de la suspensión de las conversaciones.

Cuando se trata de paz, la posición de Israel hoy es similar a la posición que mantenía después de las guerras de 1948 y de 1967: El potencial de las negociaciones estaba allí, pero el costo era demasiado alto. Ahora, también, mantener el statu quo parece ser preferible a hacer cambios que los israelíes perciban como una amenaza, aunque no necesariamente represente un peligro real.

En la última década, Israel ha hecho frente a una serie de iniciativas árabes: el plan de paz de la Liga Árabe, la oferta de Siria para negociar, la voluntad palestina de seguir adelante e incluso declaraciones moderadas de Hamas. Los sucesivos gobiernos israelíes respondieron a todas ellas con una moderada y fría indiferencia (a excepción de los últimos días del mandato de Ehud Olmert como primer ministro).

la apática respuesta de Israel a estas propuestas no se puede entender como casual o circunstancial, sino que es un patrón de comportamiento. Israel nunca ha presentado una iniciativa propia que pudiera indicar un deseo de paz. Esto nos lleva a la triste conclusión de que Israel - tanto en su gobierno y su gente - no están realmente interesados en la paz, a lo sumo, hacen sonidos de paz, pero eso no es suficiente.


Fuente: http://www.haaretz.com/print-edition/opinion/israel-never-really-wanted-peace-

0 comentarios:

Observatorio Digital