En Colombia, 149 mujeres diariamente –seis cada hora- sufren algún tipo de violencia sexual, según la Primera Encuesta de Prevalencia de la Violencia Sexual en contra de las Mujeres en el Contexto del Conflicto Armado Colombiano presentado hoy por Intermón Oxfam en el Congreso de los Diputados.
En la presentación, los Diputados Carles Campuzano (CIU), Coordinador del Intergrupo parlamentario de Derechos Humanos y Jordi Pedret (PSC), presentarán sus principales conclusiones tras el viaje realizado a Colombia la primera semana de Septiembre con Intermón Oxfam para conocer el problema de la violencia sexual en el marco del conflicto armado colombiano.
El estudio que ha realizado Intermon Oxfam es la primera encuesta que determina la cifra y la tipología de abusos sexuales que sufren las mujeres en los municipios colombianos donde se encuentran uno o varios de los diferentes actores armados (fuerzas armadas, policía, grupos insurgentes y bandas organizadas surgidas tras la desmovilización de los paramilitares) partícipes del conflicto. Del documento se desprende que la prevalencia de violencia sexual entre 2001y 2009 con base en los 407 municipios del país en conflicto armado se estima en 17.58%, lo cual significa que durante estos nueve años 489.687 mujeres fueron víctimas directas de violencia sexual.
Los resultados arrojados por esta investigación, permiten vincular la presencia de actores armados, la práctica de la violencia sexual y las razones por las que las víctimas no denuncian. De hecho, el 82,15% de las mujeres que han sufrido algún tipo de abusos no denuncia los hechos. En este sentido, el 73, 93% de las víctimas totales asegura que no lo hace debido a la presencia de actores armados.
“La violencia sexual contra las mujeres prevalece tanto en los espacios públicos, cometida por actores públicos, incluyendo los armados, como en espacios privados, donde entre los agresores también se encuentran las propias parejas de las mujeres, así como otros familiares”, asegura la portavoz de Intermón Oxfam, Helena Vidal-Folch. En esta línea, el 64,26% de las mujeres considera que la presencia de los actores armados en los municipios incrementa la violencia sexual en el espacio público, mientras que el 49,28% consideran que lo hace en el espacio privado.
La encuesta de Intermón Oxfam señala que los abusos sufridos por estas mujeres van desde la violación a la prostitución forzada, pasando por el embarazo forzado, aborto forzado, esterilización forzada, acoso sexual, servicios domésticos forzados y regulación de la vida social. “La violencia sexual constituye una práctica habitual y frecuente en el marco del conflicto armado y por ello puede ser calificada como generalizada de conformidad con el derecho internacional” señala Vidal-Folch.
Una violación cada hora Las victimas de violaciones ascendieron durante el periodo 2001-2009 a 94.565. Esta cifra supone una violación cometida cada hora. Cabe destacar, que la investigación realizada estima que 43.226 mujeres, es decir, el 45,71% de las víctimas de violación fueron agredidas por un miembro de su familia, mientras que 29.444 mujeres, es decir, el 31,14% de las víctimas de este delito, fueron violadas por una persona extraña.
Delito constante e impunidad
Por último, el estudio señala que cuatro de cada 10 víctimas de violencia sexual no son conscientes de haber sido agredidas antes de que se les mostrara la diferente tipología de abusos. “Esta situación evidencia una jerarquización de las formas de violencia sexual en el que ciertos tipos de abusos están normalizados, como por ejemplo la regulación de la vida social, servicios domésticos forzados, acoso sexual y esterilización forzada”, señala Vidal Folch.
La normalización de ciertas formas de violencia sexual contribuye a que este tipo de delitos se reproduzcan y no encuentren ni en la población ni en las autoridades normas que señalen, prohíban y castiguen este tipo de hechos. De ahí que se presenten en la vida de las mujeres en más de una ocasión.
“La alta incidencia de la violencia sexual en los municipios colombianos con presencia de actores armados, el desconocimiento de las víctimas de la propia tipología de la violencia sexual, el continuum en los espacios en que suceden esas agresiones – entre lugares públicos y privados - y en los actores – armados y civiles - , así como el obstáculo que supone para las mujeres la presencia de actores armados a la hora de denunciar la violencia sexual sufrida, contribuye a que este delito permanezca invisible e impune en Colombia”, concluye la directora general de Intermón Oxfam, Ariane Arpa.
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