Los perversos localismos asturianos

15 de noviembre de 2010

OPINIÓN
Por Luis José de Ávila
Periodista


El localismo en regiones pequeñas es un mal heredado desde hace siglos, caso Oviedo/Gijón, por ejemplo. Puede que se admisible que se lleve al terreno del fútbol pero jamás entenderé cómo un odio, sí, irracional en algunas ocasiones, sirve para abortar iniciativas y, en definitiva, para perjudicar el desarrollo de Asturias. Y lo malo de todo es que en estos absurdos piques localistas caen una y otra vez nuestros dirigentes cuando son de ideologías contrarias y representan a partidos distintos pero centralistas, esto es, manejados al final desde Madrid.
Viene esto al caso porque me han comentado que el otro día Televisión Española por la Uno emitió en su programa “Un país para saborearlo” que interpretan cual quijotes andantes los actores Inmanol Arias y Juan Echanove un capítulo dedicado a Asturias con especial incidencia en la gastronomía. Pues bien, dicho programa, patrocinado por el gobierno del Principado como no podía ser menos, ignoró absolutamente a Oviedo, centrándose fundamentalmente en Gijón y Avilés. ¿Por qué?. Nunca quiero darle la razón al alcalde de la capital del Principado Gabino de Lorenzo sobre lo que él y su equipo califica de “cerco a Oviedo” por parte de la Administración autonómica y del propio PSOE, pero hay casos en los que evidentemente se palpa una cierta animadversión hacia Vetusta y lo suyo. Reconozco que el concejo de Gijón, con sus más de 300.000 habitantes -el treinta por ciento de toda la población asturiana- es el auténtico granero de votos para los políticos en época electoral. Bien lo sabe Vicente Alvarez Areces, primero alcalde de Gijón y luego presidente del Principado, que gracias a la cosecha gijonesa ha podido estar al frente del Ejecutivo regional tres legislaturas. Vicente Alvarez Areces es de Gijón y gijonudo y en cuanto puede tira para El Piles. Por ejemplo, acaba de llevar la sede de la Sociedad Regional de Turismo que estaba en el parque tecnológico de Llanera a la Laboral de Gijón. Otro absurdo es haber ubicado la sede de la radio y televisión autonómica en el antiguo convento de Las Clarisas, también en la Laboral, la gran apuesta cultural de Tini en estos últimos doce años, que comenzó con un elitismo propio de Nueva York y terminó con la actuación de la Pantoja. Confío en que su sucesor, si llega a la presidencia de Asturias, el mierense Javier Fernández, no caiga en ese error, pese a que vive en Gijón; lo mismo espero de Francisco Alvarez-Cascos o Isabel Pérez Espinosa, sea el que sea candidato por el PP. Creo que los ovetenses, al fin y al cabo, solo pedimos igualdad de trato y ni se nos ocurre sacar pecho porque dentro de unos meses tengamos ya en funcionamiento uno de los mejores palacios de congresos de Europa.
Y puesto que me refiero a los localismo aprovecho la ocasión para aplaudir la iniciativa de tres ayuntamientos del centro de Asturias, Noreña, Llanera y Siero, que se han unido en una mancomunidad con ese espíritu de colaboración, promoción conjunta y ahorro de gastos que debería de caracterizar a todas las administraciones asturianas. Llanera y Siero, sus alcaldes, Jose Avelino Sánchez y José Antonio Noval, pertenecen al Partido Popular y el de Noreña, César Movilla al PSOE pero su distinta militancia no ha sido óbice ni valladar para impedirles remar en la misma dirección. Ese es el ejemplo a seguir. Esos tres concejos más Oviedo, Bimenes, Gijón y Avilés, deberían de formar el gran área metropolitana de Asturias con los casi 800.000 habitantes que actualmente vivimos en ella pero pasan los años y no veo que avance ese espíritu de unión, de colaboración, que demanda la sociedad moderna y competitiva en la que vivimos. A ver si a partir de mayo, con las elecciones autonómicas y municipales, llega aire renovado y fresco a Asturias y comienza una nueva etapa con más encuentros que desencuentros.

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