Cumbre de Cancún sobre cambio climático puede producir buen resultado

25 de noviembre de 2010

Por
Karin Rives
Washington

Los países no podrán acordar este año un tratado sobre el clima que tenga fuerza legal, pero sí pueden progresar en varias cuestiones claves que — “quizá” — puedan conducir a una acuerdo final el año próximo, según dijo el principal negociador de Estados Unidos para asuntos del clima.
“Lo que deseamos lograr ahora en Cancún es un plan de decisiones equilibrado”, dijo a periodistas internacionales el Enviado Especial de Estados Unidos para Cambio Climático Todd Stern el 22 de noviembre en Washington. “En lugar de insistir en alcanzar un acuerdo legal antes que algo suceda, debemos tomar el sendero pragmático de decisiones operacionales concretas”.
La decimosexta Conferencia de las Partes (COP-16) que las Naciones Unidas realizan en Cancún (México) del 29 de noviembre al 10 de diciembre, será la reunión más grande del año sobre cuestiones climáticas con la esperanza de adelantar en las negociaciones.

La meta inmediata, dijo Stern, es cumplir con los compromisos no obligatorios contraídos el año pasado en Copenhague.
Si esto se hace bien, agregó, los representantes de 192 países podrían establecer un “fondo ambiental” que se ocupe de la ayuda financiera relativa al cambio climático para países en desarrollo; empezar a aplicar reducciones significativas en las emisiones de gases de efecto invernadero; establecer un sistema de transparencia y rendición de cuentas, y hacer avanzar rápidamente los programas de adaptación al cambio climático y protección forestal.

Una de las estipulaciones clave del Acuerdo de Copenhague, que no es de obligado cumplimiento, fue redactada por las economías más grandes del mundo en la cumbre de 2009 y exige que los países desarrollados recauden 30.000 millones de dólares entre 2010 y 2012 para ayudar a los países en desarrollo. A esta suma de dinero “de vía rápida” para los países en desarrollo que ya encaran los efectos del cambio climático, le seguiría un compromiso anual mucho mayor de 100.000 millones de dólares para el 2020.

EE.UU. AUMENTA FINANCIAMIENTO DE VÍA RÁPIDA EN 2010

El Departamento de Estado de Estados Unidos emitió el 22 de noviembre una hoja informativa que explica que Estados Unidos gastó 1.700 millones de dólares en 2010 en programas de financiamiento de vía rápida en países en desarrollo.

La ayuda relacionada con el cambio climático de los departamentos de Estado y Hacienda y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), más que se triplicó de 316 millones de dólares en el año fiscal 2009, a casi 1.000 millones de dólares en el año fiscal 2010 que concluyó el 30 de septiembre. En el mismo período, los tres organismos aumentaron su ayuda a los países que se están adaptando al cambio climático, diez veces, hasta alcanzar los 244 millones de dólares.

“Este financiamiento se ha destinado a una gama de proyectos en todo el mundo, desde actividades de adaptación en África y en los pequeños estados insulares, hasta ayuda a Indonesia para sus programas de reducción de la deforestación y ayuda a países andinos para enfrentar los efectos de la reducción de los glaciares tropicales”, dijo Stern. “En nuestra opinión, estas inversiones no sólo son buenas para los países en desarrollo, sino que son importantes para nuestro propio bienestar económico, ambiental y de seguridad nacional”.

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) debería seguir siendo la sede de futuras negociaciones, dijo Stern. “Tiene historia y credibilidad de su parte y nosotros debemos tratar de progresar en ese marco”.
Sin embargo, dijo Stern, “todos los países que desean que la CMNUCC siga siendo el lugar para las negociaciones sobre el cambio climático tienen la obligación de hacer que funcione, porque el impase año tras año llevará inevitablemente a una migración a otros lugares. […] Eso no es lo que Estados Unidos busca”.

META DE REDUCCIÓN DE EMISIONES SIGUE EN PIE

Estados Unidos, el segundo más grande emisor de gases de efecto invernadero del mundo, anunció el año pasado que reduciría sus emisiones en un 17 por ciento para 2020. Stern dijo que él cree que el país cumplirá con ese objetivo a medida que se apliquen las nuevas normas de emisiones de vehículos y restricciones a las emisiones de las fábricas y los reguladores y legisladores continúen buscando alternativas para los combustibles fósiles.
Una legislación amplia sobre el cambio climático probablemente seguirá estancada en el Congreso, pero podrían aprobarse partes de legislación energética y ambiental que contribuyan a una reducción de las emisiones de Estados Unidos, indicó.

Un periodista noruego preguntó si la elección reciente de algunos congresistas que abiertamente cuestionan las bases científicas del cambio climático afectará los compromisos y diplomacia de Estados Unidos a ese respecto. Stern dijo que esa pregunta sigue surgiendo y que él ha venido respondiendo con una cita del ex senador de Nueva York, Daniel Patrick Moynihan.
“Todo el mundo tiene derecho a sus opiniones, pero esas opiniones deben basarse en la realidad”, dijo Stern. “Y eso es algo que algunos de nuestros amigos en el Congreso tendrán que aprender”.

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