Tranquilos hasta septiembre

2 de agosto de 2010

Victoriosa España en el mundial de fútbol, simplemente el Mundial; con Alberto Contador a la cabeza del Tour de Francia cuando escribo estas líneas; con Rafa Nadal quien, tras coronar el Wimbledon es reconocido universalmente como el mejor tenista del mundo; con Jorge Lorenzo insuperable en Moto GP, el estado de ánimo de la nación se ha crecido lo suyo.
Y, después de que José Luís Rodríguez Zapatero aprobara, aunque fuera por los pelos, el estrés test del Debate sobre el estado de la Nación –en realidad fue Rajoy quien perdió una buena oportunidad de ofrecernos sus recetas más allá de las generalizaciones acostumbradas– y, superada también por los pelos, los de Artur Mas y Josep Antoni Durán i Lleida, el techo para el gasto presupuestario; y con algunos signos incipientes pero positivos en la economía, este país, incluidos José Luís Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, puede permitirse el lujo de tomarse con cierta tranquilidad unas vacaciones merecidas y necesarias para afrontar con valor un curso lleno de aprensiones. Zapatero las iniciará con el mal sabor de que todos los representantes del pueblo, salvo los diputados socialistas, aprobaran una moción contra la congelación de las pensiones. No tiene consecuencias ejecutivas pero es una bofetada en el rostro social del presidente socialista que no tiene el valor de presentarse a su gente en Rodiezmo.
Naturalmente, las vacaciones, merecidas y necesarias, podremos disfrutarlas con el permiso de los controladores aéreos a quienes de pronto, de forma inesperada y sin que pueda sospecharse confabulación alguna, les ha entrado un insoportable estrés que ha tumbado en cama a la mitad de la plantilla, probablemente afectada por el síndrome Pepe Blanco.
El primer estrés test a la vuelta del Regreso consiste en conseguir que el Congreso de los Diputados no devuelva los Presupuestos Generales del Estado al Palacio de la Moncloa con acuse de recibo. Josep Antoni Durán i Lleida ya ha avisado que su abstención sobre el techo presupuestario es el último servicio que hace a Zapatero por el bien del país; en esta ocasión se refiere a España. Ha reiterado su promesa de que votará en contra de los Presupuestos para el año próximo, sean cuales fueren las partidas que incluya la ley económica básica del ejercicio de 2011, incluso las que puedan favorecer a Cataluña. Lo esencial para los nacionalistas catalanes es que Zapatero convoque elecciones generales la próxima primavera. Es la política, estúpido.
No creo que el jefe del Ejecutivo esté por la labor; inspirado por el consejo evangélico nos ha recordado que “cada día tiene su afán”. Superará el trance de las cuentas públicas y agotará la legislatura gracias a los nacionalistas vascos, que no ocultan que exigirán un precio alto que, en parte, deberá pagar el compañero lehendakari. Finalizada la legislatura ya se verá.
En opinión de nuestro ilustre colaborador Miguel Ángel Aguilar, Zapatero se irá entonces a su casa. Habrá cumplido a la sazón ocho años de presidente del Gobierno, un puesto alcanzado a la primera y doce de secretario general de su partido, y estará a punto de cumplir los 52 de vida. Es de suponer que si no estima segura la reelección renunciará al empeño y ocupará sin resentimientos, alegremente, el puesto que tiene allí, en el Consejo de Estado, que para eso promulgó una ley que permitía a los presidentes de los gobiernos de España ocupar un sillón de prestigio, redondear la pensión de ex presidente doblando el sueldo y servir al país con el consejo del veterano. Será el único presidente que ocupará la poltrona pues tanto González como Aznar desarrollan lucrativos negocios incompatibles con el alto organismo consultivo.
Pero, como dice el leonés citando a Jesucristo: “Cada día tiene su afán”. Aún faltan muchos días para que finalice la legislatura, en la primavera de 2012. Ahora lo que ocupa el afán presidencial es el apoyo del PNV, al que dedicará los cabildeos precisos durante estas vacaciones. En otoño se celebrarán las elecciones catalanas y, lo que tendrá más consecuencias sobre el destino de ZP, en 2011 las demás. El año que viene tendrán lugar la mayor parte de los comicios autonómicos y la totalidad de las municipales y eso son palabras mayores.
Pero, como decía antes, las cosas de comer parece que nos van dando algún alivio: España está colocando la deuda sin mayores dificultades y a intereses razonables; nadie ha puesto dificultades a que se prolongue por seis meses el cobro del subsidio de 420 euros por parte de los parados; el comercio exterior mejora y los turistas desembarcan en nuestras costas dispuestos a que la crisis no les amargue la vida; y los empresarios y consumidores aseguran que no ven la cosa tan negra y quizás rompan a comprar. Lo único que no mejora es lo principal: el empleo y las perspectivas que proporcionaría el crecimiento de la inversión. De hecho, el secarral del crédito pone en peligro a la que tenemos.

Por José García Abad

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