La población de oso pardo ya cuenta con 200 ejemplares en la cordillera cantábrica, según se desprende de los estudios realizados por la Universidad de Oviedo y el Centro Superior de de Investigaciones Científicas (CSC), a petición del Gobierno asturiano.
Lo explicaron esta mañana el Consejero de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio e Infraestructuras, Francisco González Buendía; el Director General de Biodiversidad y Paisaje, José Félix García Gaona; la profesora titular de la Universidad de Oviedo, Ana Domínguez, y el investigador contratado del CSIC, Javier Naves, que ofrecieron una rueda de prensa en Oviedo para informar sobre los resultados de dos trabajos de investigación aplicada a la gestión del oso pardo, desarrollados por estos organismos entre el año 2007 y el 2010.
Los estudios, que han contando con una inversión estimada de 400.000 euros, recogen información exhaustiva sobre la situación demográfica del oso pardo, sobre su hábitat, y sus características genéticas. Además, analizan el comportamiento individual de los osos pardos cantábricos e identifican corredores entre la población occidental y oriental.
En este sentido, otra de las conclusiones más destacadas del estudio es el aumento del tránsito de ejemplares entre la población occidental y oriental, y la aparición de híbridos de osos por el cruce entre ejemplares procedentes de las dos poblaciones. En el marco de la cordillera cantábrica, la población occidental es la más numerosa y afecta principalmente a Asturias, y la oriental atañe más a Castilla-León y Cantabria.
El Consejero Buendía resaltó la importancia de los resultados alcanzados hasta ahora y afirmó que son un logro colectivo, fruto del trabajo desarrollado desde el año 1991, cuando se aprobó el primer Plan de Recuperación para el Oso Pardo en Asturias. En este sentido, quiso agradecer la colaboración de Organizaciones No Gubernamentales como la Fundación Oso Asturias, la Fundación Oso Pardo o el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS). También resaltó la simpatía y el apoyo mostrado por la sociedad en general que, a su juicio, ha entendido la recuperación del oso como un símbolo comunitario.
Por último, el Consejero se refirió a algunos de los retos pendientes para próximos estudios como facilitar la comunicación entre poblaciones y conseguir asentar población en zonas a medio camino, aprovechando corredores de paso como el del Huerna, o prestar especial atención a la convivencia entre osos y actividad humana.
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