El Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad ha iniciado hoy los trabajos de elaboración de la futura Ley de cuidados paliativos y muerte digna. En la reunión, presidida por el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, se ha convocado al comité que coordinará los trabajos de la futura ley, que tiene prevista su presentación en el mes de marzo.
En este primer encuentro han participado Teresa Antoñanzas, directora general de Atención al Usuario de Aragón; Pablo Simón, de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP); Juan Carlos Martínez, de la Junta de Andalucía, así como otros miembros del equipo ministerial, entre ellos la directora de la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud, Carmen Moya, y el director general de Ordenación Profesional, Alta Inspección del SNS y Cohesión, Francisco Valero.
También han participado en la reunión el asesor parlamentario de la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Víctor Valdivia, y la directora del gabinete del secretario general de Sanidad, Isabel Sánchez. En el comité también hay representantes del Ministerio de Justicia.
Tal y como anunció la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, hace unas semanas está previsto que a la reunión de hoy le sigan en las próximas semanas otras con el resto de agentes a los que se les consultará para alcanzar un texto consensuado: sociedades científicas, pacientes, colectivos profesionales, etc.
La futura Ley de muerte digna y cuidados paliativos pretende asegurar la calidad y la equidad de nuestro sistema sanitario en la oferta de servicios que garanticen a los pacientes y sus familias una atención con la calidad y la dignidad necesaria en el proceso final de la vida. Para hacer esto con pleno respeto a la voluntad de los pacientes y sus familiares, la ley aprovechará la experiencia de la Estrategia en Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud.
Además, la ley servirá para que los profesionales tengan garantías jurídicas y trabajen con toda la evidencia científica disponible en el uso de las tecnologías y recursos terapéuticos con los pacientes. También se asegurará la extensión de estos cuidados en el ámbito del hogar cuando así se necesite y se impulsará el testamento vital como un instrumento que garantice el cumplimiento de las preferencias de los pacientes por parte de los servicios de salud.
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