¿Puede Europa dejar de depender del petróleo?

8 de diciembre de 2010

¿Es posible un futuro sin petróleo? Esa es la pregunta que reunió a eurodiputados, empresarios y ganadores del Premio Nóbel el pasado martes 7 de diciembre en la conferencia anual del panel de Evaluación de Opciones Científicas y Tecnológicas del Parlamento Europeo (STOA). Ingeniería climática, coches eléctricos, partículas de azufre en la atmósfera y metanol fueron mencionados como formas de luchar contra el cambio climático.
La vicepresidenta de la Eurocámara y responsable de STOA, la demócrata-liberal Silvana Koch-Mehrin, abrió la conferencia poniendo en valor los beneficios potenciales de trabajar con métodos de transporte no dependientes del petróleo. En concreto, mencionó el coche eléctrico y recordó que el 99 por ciento de los automóviles que se venden en la Unión Europea todavía utilizan motor de combustión interna.

El presidente de STOA y miembro austríaco del grupo del Partido Popular Europeo Paul Rübig, destacó que los cambios tienen que formar parte de la estrategia europea de 2020 de investigación en tecnología verde. Dijo asimismo que las actuales prioridades de STOA son mirar hacia un transporte ecológico eficiente, gestión sostenible de los recursos y cuestiones éticas relacionadas.

Europa "funcionará sin petróleo" dentro de diez años

En la reunión también estuvo presente el fundador de la compañía Better Place, Shai Agassi, considerado como uno de los cien mejores pensadores del mundo según la publicación estadounidense Foreign Policy. Allí, auguró que "Europa funcionará sin petróleo en menos de diez años, entre 2015 y 2020". "Es inevitable", dijo, para añadir que "no cambiaremos debido al calentamiento global, sino porque el petróleo será demasiado caro". En este sentido, Agassi recordó que "el barril de petróleo costaba diez dólares a comienzos de esta década", pero "ahora cuesta casi cien, y si China no deja de producir coches, costará 230 en unos pocos años".

Otro ejemplo: China ya ha empezado a investigar el coche eléctrico. Por ello, según Agassi, "Europa tiene dos opciones: aprovechar la oportunidad de ser la primera en apostar por el cambio, defendiendo su papel como productor mundial de coches, o esperar a que China la supere en el mercado".

Reducir el dióxido de carbono en un cuarenta por ciento

El profesor Paul Crutzen, ganador del Premio Nóbel de Química en 1995, aprovechó la conferencia de STOA para hablar de la relación entre los efectos del desarrollo humano en el siglo XX y el aumento de emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Crutzen, que acuñó el término "Antropoceno" -utilizado por algunos científicos para describir el periodo actual en la historia de la Tierra-, advirtió de que sería necesario reducir estas emisiones en un cuarenta por ciento. Además, según él, "liberar partículas de azufre en la atmósfera" refrescaría el clima mundial. "Esta locura de idea", ironizó, "funciona, y si no limitamos nuestras emisiones, sí estaremos haciendo algo realmente loco". "Los legisladores deberían empezar a considerarlo", insistió.

Inversiones necesarias en tecnología "verde"

Por su parte, el eurodiputado conservador británico y vicepresidente de STOA, Malcolm Harbour, señaló que "hay que pedir a las autoridades públicas que estimulen el desarrollo de la tecnología de baja emisión de carbono". Sobre el sector automovilístico, dijo que "necesitamos un acuerdo para la normalización de los vehículos eléctricos".

Otro punto de vista fue el aportado por el profesor de la Universidad del Sur de California y ganador del Premio Nóbel de Química en 1994, George Oláh, que habló por videoconferencia. De este modo, señaló que a medida que el sol es la fuente de toda la energía, "no hay peligro de que la humanidad se quede sin energía". "El desafío", dijo, "es cómo capturar, almacenar y suministrar esa energía".

Según su teoría, "en tres millones de años, la Naturaleza reemplazará las reservas de combustibles fósiles, pero, replicando a la Naturaleza, el ser humano puede imitar el ciclo del dióxido de carbono de forma acelerada". Esto, según él, se haría capturando este gas de la atmósfera y convirtiéndolo en metanol, "que puede ser usado como gasolina". "Es el momento de encontrar una nueva solución para hacer que los combustibles estén disponibles para las futuras generaciones", concluyó Oláh.

(Fuente: Parlamento Europeo)

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