“Los Goya tienen que ser el mayor espectáculo cultural del país”

21 de diciembre de 2010

La 25 edición de los Premios Goya fue el eje central de la asamblea general de la Academia de Cine que por primera vez se celebró el sábado 18 de diciembre simultáneamente en Madrid y Barcelona a través de videoconferencia.

La gala, que sale del tradicional Palacio Municipal de Congresos para celebrarse en el Teatro Real, tiene que ser “el mayor espectáculo cultural del país”, según aseguró Álex de la Iglesia, que presidió la asamblea acompañado de Iciar Bollaín, vicepresidenta segunda, Eduardo Campoy, director en funciones y Enrique Urbizu, secretario de la junta directiva.

“Haremos una fiesta del cine para la gente, para el público y no sólo una fiesta del cine para el cine”, aseguró el presidente de la Academia. “Queremos que sea una fiesta, que se vea en la calle, que la disfrute el público; que sea celebrada y compartida por los demás. Quiero que parezca Nochevieja”.
 
Una gala, a lo grande, aprovechando la belleza del Teatro Real y el espacio de la Plaza de Oriente. “Los invitados llegarán en coches a la calle Bailén, se bajarán frente al palacio y recorrerán una inmensa alfombra roja (este año vuelve a ser la alfombra roja después de cuatro años) hasta llegar a la puerta del teatro después de pasar por una gran carpa transparente donde se realizará el photocall”.
No sólo quienes estén en la plaza, en el teatro o en sus casas, podrán seguir la gala. La intención de la Academia es colocar una gran pantalla en la Puerta del Sol; además se está negociando para que 45 salas de cine en toda España proyecten ese día la fiesta del cine español de forma gratuita.
 
Por segundo año consecutivo Andreu Buenafuente será el encargado de presentar la gala, que de nuevo será retransmitida en directo por RTVE. Los vídeos y espectáculos recogerán el espíritu de la celebración del 25 aniversario y por ello, compartirán escenario viejos talentos y nuevas caras.
“Estamos llamando a personajes relevantes de la cultura y la vida social para que colaboren en esta celebración”, destacó De la Iglesia. “Por ejemplo, yo quería que fuera Vargas Llosa el encargado de entregar el Goya al Mejor Guión. No ha podido ser porque tiene en esas fechas un compromiso en Chile”.
 
La fiesta de los Goya acaparó la mayor parte del tiempo de la asamblea, una de las más multitudinarias que se conocen ya que estaban prácticamente ocupadas las 174 butacas de la sala y una treintena en Barcelona. Sin embargo, hubo alguna propuesta más como exhibir en la Academia las películas que no pueden llegar a las salas comerciales.

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