Jáuregui coincide con el director de IDEAS en la necesidad de que la UE acuerde nuevas figuras fiscales que graven consumo, polución y especulación excesivos

11 de diciembre de 2010

El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, aseguró ayer que la UE y en especial los partidos de izquierda tienen que “reformular la manera en que se manifiesta y se financia el Estado del Bienestar”, y coincidió con el director de IDEAS, Carlos Mulas, en la necesidad de imponer nuevas figuras fiscales que graven no tanto las rentas del trabajo sino los consumos, la polución y los movimientos especulativos excesivos.

En el marco de una jornada titulada “Crisis económica, desarrollo y UE: nuevas fuentes de financiación”, organizada en Madrid por el Grupo de la Alianza Progresista de los Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo, Jáuregui declaró que “tenemos una fortísima necesidad de que la política se vuelva a imponer a los mercados, pues actualmente la capacidad de intervención de la política en los mercados es muy limitada”. En esa línea argumental, abogó por “enarbolar la bandera de la fiscalidad trasnacional, que nos permita acabar con los paraísos fiscales y la opacidad y luchar contra la Pobreza”.

En este sentido, apuntó como acertadas propuestas de la Fundación IDEAS que apuestan por mejorar la coordinación presupuestaria entre las cuentas de los estados miembros de la UE y las propias cuentas comunitarias, por transitar hacia un modelo europeo de gobernanza económica del sistema monetario común, y por aprovechar el escenario de la Estrategia 2020 para “acometer las reformas estructurales que cambien el modelo productivo hacia uno sostenible, con gran valor añadido, con gran capital humano, lo que nos exige formidables inversiones en educación y en I+D+i, y ya vamos retrasados con respecto a los países ya emergidos”, apuntó.

El ministro de Presidencia concluyó su intervención aseverando que “no hay Europa sin el euro”, y animó a los estados miembros a abandonar “esa mirada soberanista celosa, renacionalizadora, provinciana, que les ha llevado a la tendencia deprimente de mirarse el ombligo y de pensar, confusamente, que de la crisis saldrá mejor cada país por separado”.
 
Por su parte, el director de la Fundación IDEAS, Carlos Mulas, quien habló después del ministro de Presidencia, entró más en detalle sobre la nueva fiscalidad a aplicar, la cual, dijo, “debe ser un instrumento para alcanzar fines políticos”.

Mulas, que apoyó su intervención en el informe “Impuestos para frenar la especulación financiera”, hecho público en mayo de 2010 por la Fundación IDEAS, aseguró que “los estados tienen que devolver ahora la gran cantidad de deuda en que han incurrido para hacer frente a la crisis para lo que tienen, por un lado, que aplicar políticas de ajuste y, por otro, generar nuevas fuentes de financiación”.

Con respecto a la austeridad, Mulas afirmó que “recortar gastos también puede ser progresista, pues es ideológico determinar a qué partidas de gasto damos prioridad”. En su opinión, claramente, tienen que mantenerse e incrementarse las partidas de gasto en inversiones productivas, “para lo que será necesario también aumentar los ingresos impositivos”.

A la pregunta de cómo aumentar los ingresos fiscales, Mulas desgranó el informe “Impuestos para frenar la especulación financiera”, que sugiere tres tipos de nuevos impuestos. El primero, aumentar la tributación de las plusvalías, en especial las ganadas en bolsa, “lo que puede suponer, para el caso de España, un ingreso de 460 millones por cada punto que se sube el tipo de tributacion”.

En segundo lugar, incrementando en un 0,15 por ciento el impuesto a los activos bancarios, lo que permitiría recaudar 5.000 millones de euros a sumar al Fondo de Garantía de Depósitos. Y en tercer lugar, implantando un impuesto a las transacciones financieras de corte especulativo, lo que elevaría en 6.500 euros la recaudación del Estado español. A este respecto, destacó también el carácter positivo que este impuesto tendría para reducir entre un 10 y 75 las transacciones especulativas, y, como ejemplo, recordó que, en las tres primeras semanas de mayo de 2010, el 35 por ciento de las operaciones de la Bolsa de Madrid fueron operaciones a un día, “y eso que nuestra Bolsa no es especialmente especulativa como la City o Wall Street”.

En su opinión, el propósito de esta nueva fiscalidad, “que para que funcione debe, al menos, tener ámbito europeo, es que pueda ser utilizada como incentivo para transitar hacia un modelo más sostenible y para cumplir con los objetivos de la Estrategia de Lisboa”. Por todo ello, concluyó, “es vital que esa nueva fiscalidad, que no debe gravar el trabajo sino las externalidades negativas, las volatilidades, la polución y los consumos excesivos, sea un empujón para cambiar hacia el modelo socioeconómico que garantice sostenibilidad, competitividad y cohesión social”.

En la jornada también tomó la palabra Miguel Ángel Martínez, vicepresidente del Parlamento Europeo, quien defendió “el multilateralismo como mecanismo para gestionar el mundo desde el respeto a los derechos sociales”. La clausura corrió a cargo de Enrique Guerrero, secretario general de la Delegación Española en el Parlamento Europeo, quien denunció el papel cada vez más irrelevante en términos de PIB y población activa de Europa, y reclamó una lucha global contra la pobreza, la contaminación y los desequilibrios regionales.

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