Exiguo punto para un Sporting que mereció la victoria ante el Levante

12 de diciembre de 2010

Sporting y Levante empataron (1-1) en El Molinón en un encuentro en el que el Sporting tuvo la fortuna de espalda.
Sporting: Juan Pablo; Lora, Gregory, Botía, José Ángel; Eguren, Rivera; De las Cuevas, Sergio Alvarez (Carmelo), Diego Castro; y Sangoy (Barral).
Levante: Reina; Nano, Pallardó, Nadal (Muñoz), Juanfran, Torres, Javi Venta, Ballesteros, Juanlu, Rubén (Sergio) y Caicedo (Jordá).
Árbitro: Carlos Delgado Ferreiro, auxiliado en las bandas por Aitor Ríos Pérez y Ramón Hernández Hernández, con Manuel Vidal Araujo como cuarto árbitro, y Fernando Iglesias Figueroa como delegado informativo. Amonestó a Reina, Rubén, Juanfran y Nano, por el Levante, y a Sergio y Carmelo, por el Sporting.
Incidencias: Terreno de juego un poco blando en tarde gris.

El encuentro comenzó con un balón largo cruzado a Sangoy que obligó al guardameta visitante a salir de su área y derribar al argentino, lo que abortó una buena opción de ataque rojiblanca.
La acción llegaba por la izquierda del ataque gijonés, precisamente por donde José Ángel tejió una magnífica acción dentro del área, en la que sorteó a dos rival para realizar un centro chut que ni encontró el camino de la portería rival ni una bota que empujara el balón a gol. Era el minuto 12.
El Levante trababa el encuentro, buscando que fuera de mucho contacto para apoyarse en su poderío físico, mientras que al Sporting le faltaba profundidad, pese a su dominio. El colegiado no quería que se le marchara el encuentro y le restaba ritmo en su condescendencia con el juego visitante, que echaba mano de su oficio y veteranía.
 
Algo inusual en él, Preciado realizó un cambio en el descanso. Dio entrada a Carmelo, quizás buscando esa profundidad que le había faltado al cuadro gijonés en la primera parte. El partido se reanudó con un Sporting mucho más estirado.
 
Ya en los primeros diez minutos el equipo había llegado varias veces a los dominios de Reina con peligro. Sólo le faltaba acertar en los metros finales para plasmar en el marcador la misma superioridad que ser veía muy evidente sobre el terreno de juego.
 
Pero el fútbol volvió a mostrarle su lado oscuro al Sporting, y en el minuto 71, en una acción a balón parado puso la fortuna del lado del Levante en un balón que no pudo blocar Juan Pablo y que Caicedo empujó a gol. 
Parecía imposible. Al monólogo atacante sportinguista respondió con la buena fortuna de su lado el Levante. Era totalmente injusto.
Un jarro de agua fría, porque si algún equipo había merecido el gol con creces era el Sporting, pero cuando parecía languidecer la suerte rojiblanca, José Ángel centro y llegó de cabeza Eguren para empatar en el minuto 80.
 
Nacho Novoa, a continuación, a punto estuvo de subir el segundo tanto tras empalmar un magnifico remate. Barral también la tuvo. El Molinón era una caldera y el Sporting merecía la victoria.
También Gregory estuvo a punto de marcar al saque de una falta. Una y otra vez el Sporting buscaba el gol en una gran segunda mitad de continuo fútbol ofensivo. 

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