Reforzar la disciplina fiscal en la Unión Europea y lograr una mayor estabilidad en la eurozona, la situación irlandesa o la posibilidad de fijar sanciones en casos de déficit excesivo fueron algunos de los temas que discutió la Eurocámara el miércoles 24 de noviembre, durante el debate sobre las conclusiones de la última reunión del Consejo. La gobernanza económica en Europa suscitó un acalorado debate entre los grupos políticos del PE, el Consejo y la Comisión Europea, hasta el punto de que el eurodiputado Godfrey Bloom fue expulsado del hemiciclo por insultar al líder de los socialistas, Martin Schulz.
Por su parte, el presidente del grupo de la Europa de la Libertad y la Democracia, el británico Nigel Farage, acusó a los representantes comunitarios de "no haber aprendido nada de la crisis". "A principios de año tuvimos la crisis griega, y ahora la irlandesa", recordó, opinando que "Portugal es el siguiente en la lista, y después supongo que España". Y advirtió de que "el rescate de España sería siete veces el de Irlanda, y en ese momento se habría acabado todo el dinero para rescates".
Durante la apertura del debate, el Presidente permanente del Consejo, Herman Van Rompuy, centró su intervención en las medidas sobre gobernanza económica acordadas por el Consejo los pasados días 28 y 29 de octubre. También explicó el informe elaborado por el grupo de trabajo sobre el tema, en el que se propone una base "equilibrada" para evitar déficits excesivos y fortalecer la capacidad de la Unión Europea en casos en los que un Estado miembro ponga en riesgo la estabilidad común.
En cuanto al establecimiento de sanciones para los Estados con un déficit muy elevado, Van Rompuy subrayó que "se marca un hito", y que "los estados miembros deben sentir que sus decisiones fiscales afectan toda la Unión Europea". Ahora, todas estas innovaciones "deberán traducirse en actos legislativos concretos", agregó.
Coherencia, convergencia
Por su parte, el Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso reclamó "más coherencia, más convergencia y más objetivos comunes", y remarcó la importancia de salvaguardar la estabilidad financiera de Irlanda, y por extensión de la eurozona y la Unión Europea en su conjunto. Por ello, abogó por que se apliquen cuanto antes las medidas legislativas propuestas por la Comisión Europea, con el find e reforzar la gobernanza económica en Europa.
El eurodiputado francés Joseph Daul, presidente del grupo del Partido Popular Europeo en la Eurocámara, lamentó que "cada vez más políticos explotan el miedo de los ciudadanos a la crisis, aunque no tienen propuestas" concretas. En su opinión, "está en manos de los líderes y grupos políticos rechazar esta demagogia y populismo", ya que "la solución a la crisis no se encuentra en el proteccionismo". "No es posible echarse atrás de la solidaridad", advirtió, agregando que "en estos tiempos difíciles, necesitamos a nuestros socios".
¿División?
Por su parte, el presidente del grupo socialista, el alemán Martin Schulz, opinó que la Unión Europea está dividiéndose en tres elementos: Francia y Alemania, el resto de la Eurozona y los demás países. Y a ello se suma Reino Unido, que a su juicio se sitúa "en una posición especial". "La reforma del pacto de estabilidad depende de un Estado miembro que ni siquiera está en la eurozona", afirmó, agregando que "Merkel quiere que se revisen los tratados cuando nadie en esta casa sabe qué está pasando en Irlanda".
Para Schulz, "el sector privado debe participar en el abordaje de la crisis", algo que "se podría lograr a través de un impuesto sobre las transacciones financieras, pero parece ser que Reino Unido no lo quiere así", continuó, preguntando a la Cámara: "¿decide el Reino Unido todo en la UE?".
Guy Verhofstadt, eurodiputado belga líder de los liberales europeos, señaló que la eurozona sigue estando sometida a tensiones y advirtió que "no es posible fortalecer la gobernanza económica con la coexistencia de tantos sistemas". "Debemos apoyar al señor Trichet, responsable de la estabilidad en la eurozona, que nos pide que reforcemos nuestro sistema y garanticemos que las sanciones son realmente automáticas".
Desde su punto de vista, un cambio en el Tratado supone "una oportunidad de acometer los cambios necesarios para el futuro". "Tengo más confianza en que la Comisión Europea aplicará medidas contra los países que en que lo vaya a hacer el Consejo", agregó.
Permanecer unidos
Más allá fue la presidenta del grupo de Los Verdes, Rebecca Harms, para quien "se ha perdido el espíritu proeuropeo", como demostró, en su opinión, la atmósfera de tensión en el hemiciclo de la Eurocámara durante el debate, "reflejo de la situación en la que se podría encontrar la UE si no lo definimos mejor". "Sólo es posible que salgamos de la crisis si permanecemos unidos", declaró.
En nombre del grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, la europarlamentaria británica Kay Swinburne se refirió al estado de las negociaciones del presupuesto europeo para 2011, afirmando que "en el Parlamento Europeo tenemos que respetar las presiones a las que están sometidos los Estados miembros, y aceptar que todos los proyectos de las instituciones europeas que no sean urgentes deben ser pospuestos".
Lothar Bisky, líder del grupo de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica, hizo un llamamiento a la solidaridad entre Estados miembros y se mostró contrario a "castigar más a los países endeudados".
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