A lo largo de 150 años, la Mina de Reocín fue el motor de la economía de la comarca de Torrelavega, donde generaciones de cántabros han estado vinculados laboralmente a las empresas que explotaron el yacimiento. Su Fondo Documental, que incluye decenas de miles de documentos publicados e inéditos como planos, libros de contabilidad, correspondencia, actas e informes, revistas, facturas y hasta listas de lesionados, es un legado patrimonial único en España, ya que no sólo recupera información de todo tipo sobre la explotación cántabra sino también sobre minas de toda España y del extranjero.
Ahora, esta inagotable fuente de recursos bibliográficos y documentales está al alcance de cualquier investigador, estudioso o simplemente curioso, gracias a la labor realizada por la Universidad de Cantabria, a la cesión de los fondos, propiedad de las empresas públicas MARE y Sodercan, y a la financiación de la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria. Las tres instituciones han promovido un ambicioso proyecto de catalogación cuyos artífices materiales han sido los profesionales de la Biblioteca de la UC, concretamente los de la división de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Minera de Torrelavega, donde se ubica el Fondo.
La iniciativa surgió hace dos años con la firma del convenio de cesión y sus primeros resultados se han presentado hoy en el centro de Tanos, en una sesión convocada con motivo de la festividad de Santa Bárbara, patrona de los mineros y de la Escuela. A la cita asistieron la vicerrectora de Difusión del Conocimiento y Participación Social de la UC, Consuelo Arranz, el consejero de Medio Ambiente, Francisco Martín, la directora de la Biblioteca Universitaria, María Jesús Saiz Vega, el director de la EU de Ingeniería Técnica Minera, Julio Manuel de Luis, y representantes de MARE y Sodercan.
METROS DE INFORMACIÓN
Todos ellos hicieron una visita a las instalaciones del Fondo Documental, cuya sección bibliográfica –libros y revistas- consta de 1.100 volúmenes impresos y 105 títulos de publicaciones periódicas, que suman 945 ejemplares. En un apartado diferente se encuentran la parte documental, que consta de 823 volúmenes de libros copiadores y registros –cada uno de los cuales contiene cientos de pliegos administrativos fechados entre 1856 y 2003-, y las 842 cajas con información geológica: sondeos y prospecciones, informes de producción, análisis de muestras… Otro grupo lo componen cerca de 20.000 mapas, planos y dibujos sobre las distintas minas. Como curiosidad, los representantes institucionales pudieron ver el último libro de actas de la explotación cántabra, en cuya página final se escribió “Esto se ha terminado. FIN!!!”.
El Fondo completo es accesible bajo petición –se registran los usuarios sólo a efectos de control de la documentación y gestión estadística- y parte de los impresos se han integrado dentro de los fondos de la Biblioteca, de modo que están disponibles para consulta libre y préstamo. Para facilitar las consultas, la BUC ha elaborado una web (www.buc.unican.es/Servicios/colecciones/Fondos_originales/reocinweb.htm) y una guía, ambas con información sobre la relación de series, bibliografía, aspectos históricos… Además, el catálogo on-line de la Biblioteca (www.buc.unican.es) ofrece información descriptiva sobre los contenidos del Fondo, que se irán perfeccionando progresivamente.
La cantidad de material es tan ingente que, durante los trabajos de traslado, los técnicos hablaban de metros lineales de documentación. Al ser una de las últimas minas en cerrar en España, la de Reocín fue acumulando la documentación de todas ellas, de modo que el Fondo contiene datos sobre yacimientos de Cantabria y numerosas comunidades autónomas (País Vasco, Aragón, Galicia…). También se ha recuperado información minera de países como Canadá, Alemania o México, donde tuvieron explotaciones las empresas gestoras, la Real Compañía Asturiana de Minas y Asturiana de Zinc.
PROYECTO DE DIGITALIZACIÓNDurante su presentación, tanto el consejero como las representantes de la UC mostraron su enorme satisfacción por el desarrollo del proyecto de recuperación patrimonial, que pone al alcance de la sociedad un legado de gran valor histórico y sentimental, ya que muchas personas del Besaya tienen vinculación directa o indirecta con la Mina de Reocín. El yacimiento fue un punto de referencia internacional de la industria del zinc, un relevante recurso natural de la economía española. Su legado documental recoge la memoria de la explotación cántabra, proporciona un amplio panorama de la investigación geominera española y ofrece un inventario del laboreo y técnicas mineras clásicas.
Dada su importancia, Francisco Martín dejó patente el compromiso de la Consejería de Medio Ambiente por ir más allá en el proyecto con la digitalización del Fondo Documental, lo que permitiría el acceso on-line a los documentos completos. También anunció que la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Minera será el lugar elegido para alojar algunas piezas procedentes del Museo de la Mina de Reocín, que tuvo una importante vinculación con el centro universitario.
(Fuente: Universidad de Cantabria)
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