El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados expresa su profunda consternación y pesar por la trágica pérdida de vidas humanas causada por el naufragio de una embarcación cerca de las costas de la Isla de Navidad. Se presume que el bote estuviera transportando a un grupo de solicitantes de asilo.
La noticia que gracias a las tempestivas acciones de socorro se pudieron salvar a 41 pasajeros es alentadora, sin embargo, docenas más se ahogaron cuando el barco intentó acercarse a la costa y fue lanzado contra las rocas por poderosas olas.
Muchas personas continúan a morir en desesperados intentos por huir del conflicto, la persecución y la pobreza.
El ACNUR reconoce que el movimiento de decenas de miles de migrantes y solicitantes de asilo pone a prueba la capacidad de respuesta de los países en las costas de Asia-Pacífico, del Mediterráneo, del Caribe o del Golfo de Adén. Reconoce, asimismo, que muchas de las personas que llegan por barco a estas regiones resultan ser refugiados.
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