China está cerca de convertirse en la segunda potencia económica mundial y, según todas las previsiones, en la primera a lo largo de este siglo. Su progreso económico –ha crecido un 8,7% en 2009, en plena crisis internacional- se está viendo acompañado por un incremento del consumo –un 15,5% el pasado año- y una progresiva adaptación a los patrones del mundo occidental.
Se trata además de un mercado de enormes dimensiones, con una renta per cápita en constante crecimiento, sumándose cada año más capas de la población al mercado de consumo. Los chinos dedican un porcentaje cada vez mayor de sus ingresos a la adquisición de bienes y servicios, lo que ha llevado a una expansión de centros comerciales y factory oulets de un marcado estilo occidental.
Todo este cambio en las costumbres de consumo unido a un crecimiento del gasto de las familias, hace a este país un mercado tremendamente atractivo para los potenciales inversores en el sector de la distribución comercial y en particular en régimen de franquicia.
En concreto, las ciudades de Pekín y Shanghai son las que tienen un mayor potencial para las empresas que deseen invertir en el sector de la distribución comercial con un modelo de franquicia por tener segmentos de población con elevado nivel de renta. Son zonas donde las marcas y productos occidentales gozan de un mayor prestigio y reconocimiento y requieren una menor adaptación del know-how o del producto de la franquicia, aunque siempre se deba modelar en mayor o menor medida.
Estas dos metrópolis marcan las tendencias de moda y la pauta en el consumo nacional, ejerciendo de escaparate para el resto de China. Los canales de distribución, las infraestructuras y la experiencia internacional de estas áreas facilitan la entrada de nuevos actores, aunque ello también conlleva que la competencia sea mayor.
Un modelo empresarial de éxito
Las franquicias constituyen en el mundo desarrollado uno de los modelos empresariales de mayor éxito e implantación en determinados sectores de la economía. En China hay más establecimientos franquiciados que en ningún otro país del mundo, alcanzando la cifra 300.000.
Si bien en la última década, las ventas minoristas a través de franquicia han crecido en torno a un 40% anual en China, existen todavía muchas oportunidades para el sector. Las ventas mediante este modelo suponen un 3% de las ventas minoristas, frente a un 40% en países más desarrollados y cada marca franquiciada tiene alrededor de 72 establecimientos, frente a los 540 en Estados Unidos.
Además se han realizado reformas legislativas –en febrero de 2005 y en enero de 2007- que acercan su regulación a la existente en los mercados occidentales, lo que hace que progresivamente sea más atractivo el uso de este modelo.
Misión de inversores españoles
En este contexto, el ICEX organiza una Misión de Inversores de Distribución Comercial y Franquicia a Pekín y Shanghai que tendrá lugar del 22 al 26 de noviembre, una acción que cuenta con el apoyo de las oficinas económicas y comerciales de España en estas ciudades.
El objetivo de la misión es dar a conocer el mercado del retail y de la franquicia chinos a un grupo de 7 empresas españolas con potencial de implantación en China para facilitar su desembarco mediante la apertura de tiendas ya sean propias o franquicias. La misión incluirá reuniones informativas con expertos del sector en el mercado y visitas a centros comerciales.
Las oficinas comerciales de las dos ciudades en las que se va a realizar la misión están a la disposición de las empresas para prestar asistencia in situ. Además en Pekín y Shanghai existen Centros de Negocios del ICEX que también pueden facilitar la implantación del inversor en este mercado.
(Fuente: ICEX)
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