Su trabajo sobre una "ruta de escape" a las emisiones de dióxido de carbono construida a través de geoingeniería artificial fue reconocido con el premio Nobel de Química en 1995. Uno de los principales expertos del mundo sobre la destrucción de la capa de ozono, el Profesor Paul Crutzen estuvo el 7 de diciembre en el PE, donde participó en un seminario sobre un futuro sin petróleo y aseguró que se podría refrescar el clima liberando partículas de sulfuro en las capas superiores de la atmósfera.
Poco después de la conclusión de la reunión del Panel de Evaluación de Opciones Científicas y Tecnológicas de la Eurocámara, STOA, tuvimos oportunidad de hablar con el Profesor Crutzen.
Señor Crutzen, ¿podría explicarnos en qué consiste, y para qué sirve, la geoingeniería de la que habla en sus trabajos?
La idea es muy sencilla: cuando pones partículas en la atmósfera, reflejan radiación de vuelta en el espacio. Estas partículas pueden producirse a partir de la oxidación de dióxido de azufre, y también por partículas marinas a altitudes elevadas, hay varios proyectos en marcha sobre este asunto. Así que no hay ningún secreto, los fundamentos eran conocidos hace treinta años por un científico ruso, yo lo retomé y lo hice más científico.
¿Existe algún riesgo asociado a ello?
Sí. No es una solución ideal, como sería garantizar que no hubiera tantas emisiones de dióxido de carbono. En cualquier caso, este debate lleva abierto muchísimos años, y no me parece que se avance mucho. Así que tenemos que pensar fundamentalmente en cómo reforzar el potencial refrigerador de estas partículas.
Lo que estamos haciendo ahora es una modelación, mayormente teórica, del clima, y también observando los efectos secundarios en el ozono. Por ejemplo, podría ser que más partículas en la atmósfera pudieran destruir más ozono, y por supuesto, esto no es lo que queremos. Si no llegamos a controlar el dióxido de carbono quizá tengamos que hacer un gran experimento de refrigeración, pero eso requiere su tiempo, y no creo que se vayan a desarrollar experimentos de ese tipo en los próximos diez años.
Parece que apuesta por estas soluciones radicales porque piensa que los esfuerzos internacionales para controlar las emisiones no tendrán resultado...
Bueno, ¡es que no lo tienen! El artículo en el que lanzaba la idea de refrescar la atmósfera liberando partículas lo escribí a la desesperada. No esperaba que tuviera tanto imparto.
¿Es realmente posible un futuro sin petróleo?
Espero que lo sea, pero me mantengo escéptico, porque el petróleo se usa en todas partes.
(Fuente: Parlamento Europeo)
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