Un equipo internacional de científicos ha descubierto una nueva especie de dinosaurio bípedo, Eodromaeus murphi, considerado ahora como el antecesor de los depredadores. Según el estudio que publica esta semana Science, el descubrimiento del dinosaurio, cuyos fósiles se han hallado en el Valle Ischigualasto (al noreste de Argentina), arroja también luz sobre las extinciones de los dinosaurios.
“Eodromaeus murphi era antecesor de los dinosaurios depredadores, por lo tanto era antecesor de Tirannosaurus, Giganotosaurus, Velociraptor y de todas las aves actuales”, asegura a SINC Ricardo Martínez, coautor del estudio y jefe de la División Paleontología de Vertebrados del Instituto y Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de San Juan (Argentina).
El trabajo, que se publica en Science, reconsidera a Eoraptor –hasta ahora considerado por muchos autores como el antecesor de los depredadores, y que compartía rasgos físicos con el nuevo dinosaurio- como un sauropodomorfo, es decir como el antecesor de los dinosaurios herbívoros Diplodocus y Argentinosaurus.
Eodromaeus, que vivió hace 230 millones de años, era un depredador bípedo “ágil y veloz” de menos de dos metros, provisto de garras para despedazar a sus víctimas, y de “poderosos” dientes cortantes. “Es muy llamativo el alargamiento de su columna vertebral, con vértebras extremadamente largas. Los dientes aserrados estaban especializados en cortar fibras musculares”, declara Martínez.
El nuevo dinosaurio tenía una apertura al final del hocico, llamada la fenestra promaxilar, y falanges alargadas, así como otras características “derivadas” en su tronco, pelvis y extremidades.
En el caso de Eoraptor, no sólo carecía de esas características sino que tenía otros rasgos propios de los saurópodomorfos, que incluyen a los gigantes herbívoros, como fosas nasales más grandes, y un primer diente bajo intercalado.
La extinción de los herbívoros, secuencial
Hace 230 millones de años, los dinosaurios dominaban sobre las especies carnívoras y pequeños herbívoros. El estudio revela que la extinción de los dinosaurios herbívoros fue “secuencial” y no estuvo ligada a un incremento de la diversidad de las especies de dinosaurios, tal y como se pensaba hasta ahora.
“El ambiente en el que vivieron era similar a lo que es la actual sabana africana: semiárido, tierra abierta, ríos temporarios en su mayoría y lluvias estacionales. Los dinosaurios estaban ampliamente diversificados y eran relativamente abundantes”, explica a SINC el investigador argentino.
Según Martínez, “lo más importante y en contra la idea sostenida hasta el momento”, las extinciones de los grupos de no-dinosaurinos herbívoros “no tuvieron un correlato directo en el aumento de la abundancia de los dinosaurios”.
En el Valle de Ischigualasto hubo dos extinciones durante los cinco millones de años que duró la sedimentación de la formación del valle. “Primero fueron ryncosaurios dicinodontes (Ischigualastia), y posteriormente una segunda con la extinción de los cinodontes (Exaeretodon)”, señala el paleontólogo con 20 años de investigación a sus espaldas.
Hasta ahora se pensaba que estas extinciones dejaron nichos vacíos que utilizaron los dinosaurios para aumentar su diversidad y abundancia. “Nuestros datos muestran que no fue así. Cuando se produce la primera extinción, también se extinguieron los dinosaurios. No es hasta muchos millones de años después que los dinosaurios se transforman en el grupo más abundante”, manifiesta el investigador.
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