Cuando el riñón no es capaz de limpiar la sangre de sustancias tóxicas, la diálisis peritoneal utiliza el peritoneo (la membrana que cubre el interior de la cavidad abdominal) como filtro. Los líquidos necesarios para hacer este tipo de diálisis contienen glucosa y con el tiempo se pueda crear un ambiente diabetogénico. Un nuevo estudio abre las puertas a la utilización de otros productos menos dañinos.
Los líquidos que se infunden para llevar a cabo la diálisis peritoneal contienen glucosa, y su utilización puede crear un ambiente diabetogénico en la cavidad peritoneal, que deteriore y engrose la membrana. Los responsables de este deterioro son el pH ácido de los líquidos, las bacterias y sus derivados que eventualmente entran en ella, así como los productos de glicación avanzada que se forman a partir de la glucosa.
Una investigación coordinada por Abelardo Aguilera y Manuel López-Cabrera, ambos investigadores de la Red de Investigación Renal (REDinREN), analizó en 42 animales de laboratorio las consecuencias de la diálisis peritoneal.
“Esta investigación abre las puertas a la utilización de otros productos para disminuir el daño peritoneal inducido por los líquidos de diálisis peritoneal y aumentar la longevidad de la membrana peritoneal”, explican los autores.
Los resultados, publicados en la revista Laboratory Investigation, concluyen que el grupo tratado con agonistas de los receptores PPAR-γ presentó una membrana peritoneal con mucho menor grosor, es decir, se había reducido la inflamación. Los agonistas de los receptores PPAR-γ controlan sistémicamente la glucemia al mejorar la sensibilidad a la insulina y por eso se utilizan como tratamiento en la diabetes tipo 2.
Los autores se plantearon si uno de los antagonistas de los receptores PPAR-γ, la Rosiglitazona, tendría un efecto positivo sobre la preservación anatómica y funcional de la membrana peritoneal. Como consecuencia, los científicos hallaron que la Rosiglitazona también tiene un efecto anti-apoptótico, es decir, también frena la muerte celular programada que inducen los líquidos de la diálisis peritoneal.
Los investigadores concluyen que añadir este tipo de medicamentos “aumentaría la vida útil de dicha membrana y el paciente renal crónico podría sobrevivir más tiempo gracias a la diálisis peritoneal”. Esta estrategia ha sido, de momento, muy poco utilizada por la comunidad científica mundial.
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