Los centros de salud de Asturias han aplicado en las cuatro primeras semanas de campaña 160.445 dosis de la vacuna frente a la gripe. El 75 por ciento de las vacunas se han aplicado en personas a partir de 65 años de edad, que constituye el principal grupo de población al que se dirige la vacunación y en el que se ha alcanzado, hasta el momento, una cobertura de vacunación del 50 por ciento.
La vacunación frente a la gripe está especialmente indicada en las personas con enfermedades crónicas y, en general, a partir de los 65 años de edad como protección frente al desarrollo de enfermedades graves como consecuencia de la gripe.
La campaña de vacunación de la gripe arrancó el 4 de octubre y finalizará el 12 de noviembre. La Consejería de Salud y Servicios Sanitarios recomienda a la población en la que está indicada la vacuna y que aún no se ha inmunizado que acudan a su centro de salud lo antes posible para protegerse frente a los riesgos derivados de la infección.
El nivel de vacunación en las cuatro primeras semanas de campaña es inferior al de campañas anteriores para el mismo período lo que preocupa a la Dirección General de Salud Pública y Participación al considerar que una parte de la población que se beneficiaría especialmente de la vacunación antigripal, no estaría protegida frente a las complicaciones y el riesgo de enfermedad grave asociado a la infección por el virus gripal.
Por Áreas Sanitarias, la situación de la Campaña de vacunación es la siguiente:
| | ÁREA I | ÁREA II | ÁREA III | ÁREA IV | ÁREA V | ÁREA VI | ÁREA VII | ÁREA VIII |
| % vacunación >64 años del total de vacunas aplicadas | 77,6 | 76,4 | 74,2 | 72,9 | 76,6 | 75,1 | 73,0 | 72,3 |
| % cobertura en mayores de 64 años | 57,4 | 54,3 | 51,5 | 47,7 | 46,0 | 57,7 | 49,9 | 51,0 |
Incidencia de la gripe y beneficios de la vacunación
La gripe es una infección vírica aguda que ocurre de forma habitual en forma de epidemia durante el invierno. La enfermedad gripal aparece de forma brusca, con fiebre, malestar, dolores musculares, dolor de cabeza, tos sin expectoración, dolor de garganta y resfriado nasal. En niños también es habitual la otitis y los vómitos. La enfermedad suele durar 3 a 7 días en la mayoría de personas aunque la tos y el malestar pueden persistir hasta 2 semanas.
La gripe puede empeorar la situación de las personas con enfermedades crónicas (especialmente de pulmón o corazón), y producir neumonía o sobreinfecciones bacterianas. Las muertes por gripe ocurren por neumonía o el empeoramiento de enfermedades crónicas. Además, más del 60% de las hospitalizaciones y el 90% de las muertes relacionadas con gripe ocurren en personas mayores de 65 años.
En una epidemia habitual, se puede estimar que en Asturias acuden con síntomas de gripe a los centros de salud entre 40.000 y 50.000 personas (aunque los enfermos son muchos más). Aplicando en Asturias los datos de estudios realizados en Estados Unidos, se puede esperar entre 500 y 1.000 ingresos hospitalarios debidos a la gripe y hasta 250 fallecidos por problemas circulatorios y cardíacos relacionados con la gripe
En las personas mayores de 65 años o con enfermedades crónicas, el principal efecto de la vacuna es prevenir la aparición de complicaciones y fallecimientos relacionados con la gripe, con una eficacia del 50%-60% para evitar la hospitalización y de hasta un 80% para evitar el fallecimiento. La vacuna de la gripe sólo contiene partículas inactivadas del virus, por lo que en ningún caso puede producir enfermedad gripal. Es una vacuna muy segura, que apenas produce efectos secundarios; puede ocasionar molestias en el lugar de inyección y en algunos casos otros síntomas orgánicos, como fiebre y malestar general, que desaparecen en pocos días.
Precisamente, las campañas anuales de vacunación antigripal están dirigidas a evitar las complicaciones y los fallecimientos en las personas con mayor riesgo, que incluyen a las personas con enfermedades crónicas, especialmente pulmonares y cardiacas, y en general a todos los mayores de 65 años. Para aumentar aún más la protección, esta vacunación se indica además a las personas que tienen contacto habitual con ellos, como el personal sanitario, los trabajadores de residencias e instituciones, y los convivientes en el domicilio.
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