Villa, de no existir habría que inventarlo

15 de septiembre de 2010

 OPINIÓN
Por Luis José de Avila

Me da la impresión de que han pasado algo desapercibidas las fotografías el otro día en la prensa regional de José Angel Fernández Villa, secretario general del SOMA-FIA-UGT, ayudando a cortar carreteras en el occidente asturiano. Debe ser la primera vez en su larga carrera como sindicalista que toma una actitud así, solo comparable a cuando en 1990 se encerró en vísperas de la Navidad en el Pozo Barredo de Mieres junto con compañeros de CC.OO., protestando contra el plan de recorte de la minería, y de HUNOSA, en concreto, que el por entonces presidente del Gobierno Felipe González quería llevar a cabo, siendo además Fernández Villa en aquellos momentos el único asturiano miembro de la ejecutiva nacional del PSOE. Aquella acción le hizo perder las amistades con Felipe que jamás quedaron recompuestas. Ahora, a pocos días de haberse celebrado la fiesta en Rodiezmo, y de recibir su sindicato la medalla de oro de Asturias, José Angel Fernández Villa, con sus 67 años a cuestas y una salud bastante deteriorada,  entra en acción en el momento en que los algo más de trescientos mineros de las explotaciones privadas en el occidente de Asturias dejan de cobrar sus salarios. Guerrero y reivindicativo siempre, pese a que con el descenso de plantillas en la minería asturiana -ya hay más trabajadores en este sector en Léon- su sindicato ha perdido potencia -en HUNOSA apenas hay dos mil en plantilla-, Villa continúa reivindicando los derechos de los trabajadores en primera línea aunque bien se puede decir que en Asturias en verdad quien ya manda, eso sí, desde Madrid, es su compañero de la UGT, el asturiano Manuel Fernández”Lito”, secretario estatal del sindicato metalúrgico y de la construcción, con más de 40.000 trabajadores en el Principado, y probablemente, a no mucho más tardar, sucesor del gastado Cándido Méndez. “Lito” tiene a dos buenos lugartenientes en el Principado, Eduardo Donaire y Justo Braga, pero la minería, lógicamente, le da de lado. Por contra, José Angel Fernández Villa, junto con sus compañeros de CC.OO., no está dispuesto a que el empresario Victorino Alonso y la propia Unión Europea apuntillen al histórico sector.
Los mineros continúan siendo los más sensibles y combativos del mundo laboral en defensa de sus derechos -dos meses sin cobrar los salarios en las explotaciones privadas es el colmo- y dan ejemplo a otros sectores con una clase obrera más meliflua y desorganizada. Es de esperar que la Unión Europea apruebe pronto el decreto presentado por el Gobierno español para que el carbón extraído en las minas de nuestro país tenga subvención y las térmicas puedan quemarlo a un precio competitivo. Villa, pues, está viviendo el centenario de su histórico sindicato con importantes temas reivindicativos sobre el tapete. Si en la época de la dictadura otro langreano, Noel Zapico, actual adjunto a la Procuradoría del Principado, fue el líder de la minería asturiana, a través del sindicato vertical, con logros como el montepío minero, el estatuto de los vigilantes, el instituto de silicosis, etc. luego, en democracia, José Angel Fernández Villa ha venido luchando, no sin enfrentarse a muchas incomprensiones, incluso dentro de su propio partido, por el sector y sus trabajadores. Ese gesto público de colocar neumáticos para cortar una carretera en el occidente asturiano me ha sorprendido, la verdad, y es que el veterano sindicalista de Tuilla, que en su día quitó y puso presidentes en el Principado, me demuestra que genio y figura, por lo menos, hasta que Victorino pague a sus trabajadores.

0 comentarios:

Observatorio Digital