Huelga general: ¿A la quinta va la vencida?

28 de septiembre de 2010

OPINIÓN
Por Luis josé de Ávila
Periodista

Mañana tendrá lugar la quinta huelga general en democracia. Convocada con mucha antelación por los sindicatos dominantes, CCOOO y UGT, no parece a priori haber un gran ambiente, de tal manera que en estos últimos días las direcciones de los sindicatos han tenido que diseñar estrategias tendentes a intentar parar los transportes y servicios públicos, lo que garantizaría que muchos trabajadores no puedan acudir a sus puestos.
Como saben los sindicatos convocan esta huelga general contra las reformas laborales que acaba de aprobar el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. En un país con más de cuatro millones de parados, atemperados, eso sí, por una cada vez más desarrollada economía sumergida, no deja de resultar chocante que tanto CCOOO, como UGT, y hasta la misma USO, no hayan aplicado antes acciones contundentes para frenar la sangría del paro; tampoco es que lo haya hecho el Gobierno que solo reaccionó cuando Estados Unidos y la Unión Europea le atornillaron con sus recomendaciones. Es curioso como con el paso de los años los sindicatos de clase han ido burocratizándose de tal manera que su afiliación ha disminuido y solo pueden mantener la maquinaria engrasada de funcionarios y cargos con sueldo gracias a las subvenciones del Gobierno, o de las autonomías, para el gran paraguas de la formación y sus cursos bien remunerados. Quedan ya lejos los tiempos en que las bases contaban. No olvidemos, por ejemplo, que Comisiones Obreras nació como movimiento obrero asambleario en el año 1962 en la hoy extinta mina asturiana de La Camocha. La UGT, mal que le pese, ha estado de siempre ligada al Partido Socialistas Obrero Español con mayor o menor intensidad en cuanto a correa de transmisión, dependiendo de las circunstancias.
Tanto Toxo -desconocido a estas alturas de la película- como Cándido Méndez saben perfectamente que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no va a cambiar su recién aprobada reforma laboral. En el horizonte comienzan a aparecer las fechas de las elecciones -municipales, autonómicas y generales- y el presidente leonés no puede arriesgarse a perder la poca credibilidad que le queda. Pero no son solo a los sindicatos a los que hay que tirar las de las orejas por una masa laboral cada vez más desencantada, principalmente en su parte joven, sino también hay que enseñar tarjeta amarilla -lo de roja suena a sarcasmo- a la patronal. Creo que por primera vez en democracia la CEOE está bajo mínimos con ese singular personaje, Díaz Ferrán, al frente de la misma. No entiendo como los empresarios, entre los que hay pesos pesados en cuanto a sensatez y poderío económico, no toman medidas y nombran un nuevo cabecilla. En más de una ocasión opiné que aquí, en Asturias, tenemos a un muy buen dirigente empresarial, Severino García Vigón, miembro de la ejecutiva de la CEOE, que podría ser un magnífico presidente de la gran patronal. Claro que como Asturias pinta poco en el panorama nacional será complicado que le invistan Papa.
En una sociedad moderna y abierta lo lógico sería que tanto sindicatos como patronal se nutrieran de las cuotas de sus afiliados y no del resto de los ciudadanos a través del gobierno  de turno. Pero en la práctica se está viendo que es imposible, al igual que los clubes de fútbol no logran cubrir sus presupuestos con las cuotas de los socios. En fin, la huelga general de mañana, la quinta en democracia, ¿Será la definitiva?. Lo dudo, hay muchos frentes abiertos y los chiringuitos crecen cada día más y cada día más cuestan mantener.

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