AI pide el cese de la devolución de romaníes a Kosovo

28 de septiembre de 2010

Los países de la Unión Europea (EU) deben poner fin a la devolución de romaníes y miembros de otras minorías a Kosovo, ha manifestado Amnistía Internacional en un informe publicado hoy.
 
No welcome anywhere: Stop the forcible return of Roma to Kosovo explica cómo se está devolviendo a romaníes y a miembros de otras minorías, incluidos niños, a Kosovo, a menudo sin nada más que la ropa que llevan puesta y pese a que corren el riesgo de seguir sufriendo discriminación y violencia.

“Los países de la UE se exponen a infringir el derecho internacional al enviar a personas de regreso a lugares donde corren el riego de sufrir persecución y otros daños graves –ha manifestado Sian Jones, especialista de Amnistía internacional en Kosovo–. Lo que tiene que hacer la UE es continuar prestando protección internacional a los romaníes y los miembros de otras minorías de Kosovo hasta que pueden regresar allí en condiciones de seguridad."


“Por otro lado, las autoridades de Kosovo deben garantizar que los romaníes y los miembros de otras minorías pueden regresar voluntariamente y reintegrarse plenamente en la sociedad."

En muchos casos, la policía va a buscar a estas personas de madrugada y, sin darles apenas tiempo para recoger sus cosas, a menudo las envía de regreso a Kosovo sin nada más que la ropa que llevan puesta.

Son muy pocas las que reciben alguna asistencia a su regreso a Kosovo, por lo que muchas encuentran también problemas para tener acceso a la educación, la atención de la salud, la vivienda y las prestaciones sociales.

Son muy pocos los romaníes que encuentran trabajo, por lo que el paro entre ellos alcanza el 97 por ciento. Las comunidades romaníes tienen el doble de probabilidades que otros grupos étnicos de formar parte de 15 por ciento de la población de Kosovo que vive en la pobreza extrema.

Persiste la violencia entre etnias, y la discriminación de los romaníes es un fenómeno generalizado y sistemático en Kosovo, agravado por su presunta asociación con los serbios de Kosovo. De habla serbia en su mayor parte y residentes a menudo en zonas serbias, los romaníes son considerados todavía como aliados de la comunidad serbia.

“A pesar de las recientes medidas adoptadas por el gobierno de Kosovo para mejorar las condiciones necesarias para la acogida y la reintegración de los retornados, las autoridades no tienen aún fondos, capacidad, medios ni voluntad política para garantizarles un regreso sostenible", ha manifestado Sian Jones.

Se calcula que alrededor del 50 por ciento de las personas devueltas a Kosovo volverán a marcharse de allí.

Estas devoluciones se están llevando cabo con arreglo a acuerdos bilaterales negociados o en vías de negociación entre las autoridades de Kosovo y Estados miembros de la UE y Suiza.

Según informes, sólo en Alemania hay casi 10.000 romaníes legalmente obligados a abandonar el país y, por consiguiente, se encuentran en peligro de ser devueltos a Kosovo.

Aunque no debe excluirse la posibilidad de que haya retornos verdaderamente voluntarios, Amnistía Internacional ve con preocupación los informes según los cuales la gente sólo accede a regresar bajo amenaza de devolución.

“Hasta que las autoridades de Kosovo no puedan garantizar los derechos humanos fundamentales de los romaníes y de los miembros de otras comunidades minoritarias, los retornados se enfrentarán a un clima de violencia y discriminación”, ha afirmado Sian Jones.

“Hasta entonces, la comunidad internacional está obligada a prestar protección a estas personas.”

Casos
Irfan había salido de Kosovo con su familia en 1992, cuando tenía cinco años. En abril de 2010 la policía se presentó un día sin previo aviso a las tres y media de la madrugada, lo esposó y se lo llevó en una furgoneta al aeropuerto de Baden Baden. No tuvo tiempo de recoger sus cosas. Una organización no gubernamental le entregó 300 euros. En el aeropuerto lo inscribieron en un registro y le dieron 50 euros y una habitación de hotel para dos días. De regreso en Kosovo, se fue a vivir con un vecino y comenzó a reparar la casa, ahora en ruinas, donde había vivido su familia, en Plemetina. Retiró los escombros, pero no tenía dinero para poner puertas y ventanas nuevas y reparar el tejado. Dijo a Amnistía Internacional: "¿Qué esperan que haga?”.

Luli, de 20 años, fue devuelto de Alemania en abril de 2010. La policía le había despertado en plena noche y le había dado sólo 10 minutos para vestirse y recoger sus cosas. No habla serbio ni albanés, y sólo tiene conocimientos básicos de romaní, por lo que no podía comunicarse ni siquiera con su hermano mayor, devuelto a Kosovo varios años antes. Luli tenía dos años cuando salió de Kosovo. Le dieron ayuda durante seis meses para pagar el alquiler de un piso y 350 euros para que comprara lo necesario. Nadie le proporcionó ayuda para que aprendiera serbio o albanés.

Información complementaria
Tras la guerra de Kosovo de 1999, muchos serbios y romaníes huyeron a Serbia, y otros buscaron protección internacional en Estados miembros de la UE y en Suiza.

En marzo de 2004, los serbios y los romaníes se vieron obligados de nuevo a huir de Kosovo debido a la violencia interétnica que estalló entre los albaneses y los serbios, que afectó también a las comunidades romaníes.

Asimismo, muchas de las personas que están siendo devueltas ahora salieron de Kosovo a principios de la década 1990, cuando estalló la guerra en la entonces República Federativa Socialista de Yugoslavia.

Desde la declaración unilateral de independencia de febrero de 2008, las autoridades de Kosovo han recibido cada vez más presión de Estados miembros de la UE para que acepten a los retornados.

0 comentarios:

Observatorio Digital